Crossing Souls
Los juegos indies Tienen un Color especial
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Financiado en Kickstarter en 2014 con 52.000 dólares y luego apadrinado por Devolver Digital, Crossingsouls, desarrollado por el pequeño estudio sevillano Fourattic, está ya a la venta, y es otro más de esos grandes indies que demuestran que no todo está inventado.
Como si de "Stranger Things" se tratara, el juego está protagonizado por una pandilla de niños de Tajunga, un pueblecito de California, en 1986. Durante sus vacaciones, encuentran un cadáver que sostiene un misterioso artefacto... que no dudan en coger y que permite interactuar con el más allá. Como consecuencia, empezarán a ser perseguidos por una misteriosa organización. La historia, que dura ocho horas, resulta muy correcta y está cerrada con una buena moraleja.
El desarrollo de la aventura combina exploración, plataformeo y comba- tes, fundamentalmente, con una barra de resistencia que limita el número de acciones que podemos encadenar. Cada protagonista cuenta con un arma y una habilidad especial: Chris usa un bate y puede trepar, Matthew tiene una pistola y flota durante unos segundos, Big Joe propina fuertes puñetazos y empuja objetos pesados, Charlene usa una comba y puede rodar... y Kevin no hace nada especial. Se echa en falta un mayor aprovechamiento de algunas habilidades, pero es sorprendente lo bien que funcionan las mecánicas de salto y combate, pese a su sencillez, algo a lo que ayuda el buen diseño de
inserta niveles, algunos planteados como pequeños puzles. Además, el juego resulta muy variado, gracias a la inclusión de secciones especiales que homenajean a clásicos audiovisuales, como una huida en bici ("E.T.") o un aporreo de botones ("Regreso al futuro"), y jefes finales muy pintorescos, como uno al que hay que derrotar memorizando secuencias de colores, al estilo Simon.
Referencias frikis a manta
Sólo por su desarrollo jugable, Crossing Souls merece ya mucho la pena, pero tiene un valor añadido en forma de nostalgia. Los indies siempre tiran mu-
Con gracejo un Sinfín De Referencias Con las que todo buen FRIKI Dará palmas Con las orejas