Gp 32 2001
Aunque las ventas de esta consola coreana fueron ridículamente bajas globalmente, España fue uno de los territorios en los que recibió una acogida más calurosa. Su innovador (en aquel momento) carácter "open source" y, lo más probable, sus grandes posibilidades de emulación de máquinas clásicas de 8 y 16 bits no pasaron desapercibidas para sus usuarios.