Shenmue I & II
El austero renacimiento de dos obras maestras
Shenmue es una saga que nos ha marcado a muchos, hasta el punto de considerarla la mejor de la historia, pero ha habido que esperar diecisiete años para verla nuevamente en liza.
Con Yu Suzuki trabajando ya en la tercera parte al frente de su propio estudio, Ys Net, era imprescindible reeditar estos dos juegos, para ponerlos en conocimiento de nuevos públicos y para contentar a los fieles fans de los originales. En los 80 y los 90, AM2 había sido ya uno de los estudios más importantes de la industria, merced a sus avances tecnológicos en los salones recreativos para simular el 3D, con el scaling y los polígonos, pero lo que hizo con Shenmue, un juego enfocado al mercado doméstico (inicialmente para Saturn y, a la postre, para Dreamcast), fue una brutalidad adelantada a su tiempo: gráficos, mecá- nicas variopintas y un mundo abierto increíblemente vivo se dieron la mano para asombrar a los pocos que tuvieron la última consola de Sega. AM2 marcó un antes y un después, y no ha vuelto a haber nada igual, si bien géneros como el drama interactivo de David Cage o los walking simulators tomaron muchas ideas de la serie de Sega.
Dos clásicos atemporales
Los dos Shenmue forman un todo conjuntamente. Jugar al segundo sin conocer el primero no tiene sentido, pues se trata de una historia con continuidad, algo poco habitual en los tiempos que corren. Así, se cuenta el viaje de Ryo Hazuki por Yokosuka, Hong Kong y Guilin para vengar la muerte de su padre a manos de Lan Di, un misterioso maestro de artes marciales.
Las dos aventuras tienen una jugabilidad y unos gráficos que han aguantado bien el paso del tiempo. La exploración sigue siendo única. Pese al tiempo transcurrido, los múltiples escenarios se sienten más vivos que casi los de cualquier RPG actual, ya que podemos interactuar con todos sus habitantes (algunos conocidos de Ryo y otros totalmente anónimos). Todos tienen voces y son esenciales para
la puesta al Día no está lo cuidada que Debería, pero son Dos De los mejores juegos De la historia
averiguar adónde ir, pues nunca se nos marca un punto de destino exacto. En eso, también juegan un papel importante los mapas que hay por las calles o la libreta en la que el protagonista va tomando notas. Por otra parte, el propio mundo y sus gentes se comportan en base a una rutina horaria, que debemos tener en cuenta, ya sea para ir a dormir, para poder entrar a un establecimiento, para coger el autobús... Esto es importante, pues, si sois nuevos en la saga, el ritmo os puede parecer lentísimo, ya que, a veces, hay que hacer tiempo para poder cumplir ciertas tareas, sobre todo en la primera parte (en la segunda, hay una opción para adelantar la hora).
A esa fórmula de mundo abierto, hay que añadir combates a lo Virtua Fighter (no olvidemos que Shenmue iba a ser un RPG de dicha saga), quick time events, minijuegos (incluidas máquinas recreativas como Hang-on, Spaceharrier, Outrun o Afterburner II) o rarezas como trabajar en el puerto cargando cajas, con una carretilla elevadora o a pulso. Mención especial merece también la música, que nos hace viajar en el espacio y en el tiempo. Eso sí, tanto las voces como los textos se mantienen en inglés, como en su día.
la ley del mínimo esfuerzo
Dicho todo eso, advertimos que esto no es una remasterización, sino un port mondo y lirondo... D3t ha remozado el menú y la interfaz, amén de añadir algún extra, como una opción de viaje rápido o guardado libre de la partida, pero el núcleo es el mismo, y eso implica que, por ejemplo, el movimiento de Ryo al caminar "sobre su eje" sea tosco y que la cámara sólo rote 180º.
Ahora bien, lo peor es que la optimización deja mucho que desear. Para empezar, hace falta descargar el par- che del día 1, pues lo que viene en el disco tiene problemas críticos. En materia visual, sólo se ha subido la resolución a 1080p y se ha adaptado la jugabilidad al formato de pantalla 16:9, pero las escenas de vídeo se han dejado en 4:3. Para la primera entrega, se ha cogido la versión de Dreamcast y, para la segunda, la de Xbox. El estudio no se ha molestado en unificar y el resultado es un engrudo: en Shenmuei, hay bandas negras laterales, mientras que, en la secuela, se turnan esas bandas... y un gigantesco marco negro. Aparte, hay algún problema de iluminación y, de vez en cuando, la imagen se oscurece. En cuanto al sonido, hay altibajos de volumen en los efectos FX, pequeñas omisiones y alguna reverberación.
La puesta al día no está lo cuidada que debería, pero son dos de los mejores juegos de la historia y nos congratulamos de que renazcan cual fénix.