Turtle Beach Stealth 300
Una buena propuesta para los que no quieren gastarse mucho
HC compañía
Splataforma
iguiendo la estela de los Stealth 600 y 700, Turtle Beach se ha sacado de la manga un headset notable para su franja de precio (por debajo de los 80 euros). Se trata de los Stealth 300, un headset que sigue la estela de diseño de los Stealth 600, construido en plástico duro principalmente (la diadema es de metal, recubierta de plástico duro y rematada con almohadillas forradas con tejido transpirable), pero que resulta muy robusto, con un diseño agresivo (disponible en color azul para PS4, verde para Xbox y rojo para PC) y algunas buenas ideas... junto a otras que no lo son tanto y que resultan hasta inexplicables.
Los Stealth 300 son los primeros auriculares de Turtle Beach que no son inalámbricos, pero, al mismo tiempo, llevan batería recargable para amplificar el sonido. Algunos modelos que no son de gaming utilizan esta combinación para realzar los graves o potenciar el audio de alguna manera. En el caso de los Turtle Beach, esto se traduce en que, en el auricular izquierdo, tenemos un botón de encendido y apagado, pegado a otro botón para cambiar entre los cuatro preajustes de sonido (aparte de una configuración equilibrada por defecto, tiene otras tres que potencian los graves, los medios y ambos a la vez). Además, en el mismo auricular, podemos encontrar, en la parte trasera, dos ruedas, para controlar el volumen del audio y del micro. En este primer detalle, ya hay dos pequeños as- Hyperx Cloud stinger
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pectos mejorables: el botón de encendido está pegando al de cambio de modo, al igual que las dos ruedas, por lo que, al principio, resulta bastante sencillo dar por error al botón o a la rueda que no queremos, ya que no tienen tampoco rasgos o rugosidades que los diferencien. Tampoco permiten, a través de una aplicación de PC, modificar las ecualizaciones: son las cuatro que vienen y punto. El problema es que incluso la que potencia los graves resulta un pelín menos contundente de lo que nos gustaría. Eso sí, la calidad del sonido es más que notable, incluso para escuchar música.
Por su parte, el micrófono es rígido, aunque abatible para ponerlo en modo "mute". Capta bien la voz, aunque, si juegas en un ambiente ruidoso, quizá debas gritar algo más para que te escuchen. Pero, sin duda, el principal problema de este headset es que, si la batería se agota, no funciona como un auricular estéreo normal, pues no tiene modo sin energía y obliga a parar de jugar, o a jugar sin cascos mientras se recarga la batería.
valoración Un headset con buenas ideas y con un buen equilibrio entre precio y prestaciones, aunque con "errores" como no poder usarlo sin batería, algo incomprensible. gold Wireless
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