Pokémon: veinte años y aún no nos hemos hecho con todos
Veinte años y aún no nos hemos hecho con todos Desde que en Europa los conocimos en 1999, los monstruos de bolsillo de Game Freak no han dejado de evolucionar hasta convertirse en iconos culturales
Hay sagas de videojuegos que trascienden al propio videojuego, y no hay caso más paradigmático que el de Pokémon, una de las marcas más exitosas de la historia del entretenimiento, algo que, seguramente, no podían prever ni Satoshi Tajiri, ni Ken Sugimori ni Junichi Masuda cuando alumbraron el primer juego para Game Boy. Lo que nació como una forma de plasmar en forma de videojuego la pasión de Tajiri por los insectos y el anime no tardó en revelarse como un hito del ocio: televisión, cine, cartas coleccionables, merchandising de todo tipo... Pikachu, más por la serie de dibujos animados que por los videojuegos, es el perfecto ejemplo de la universalidad y la fama de la saga. Es un icono pop.
Como el estudio Game Freak que la alumbró, la saga tenía un ADN inequívocamente japonés. Los nipones han sido siempre muy amantes de la imaginería monstruosa, y hablamos de una época en que los Tamagotchis causaban furor. En buena medida, Pokémon, un acrónimo de la expresión "pocket monsters" (monstruos de bolsillo), fue una evolución de ese sencillo concepto que guardaban los dispositivos digitales de Bandai. Eso sí, aunque la saga debutó en 1996 en el país del sol naciente, en Europa no la conocimos hasta otoño de 1999, así que es ahora cuando podríamos decir que se cumple su vigésimo aniversario "oficioso".
Casualmente, la efeméride ha coincidido con el estreno de Pokémonespada-escudo, un juego