HISTORY Toaplan
Crearon algunos de los mejores matamarcianos de la historia antes de cerrar sus puertas en 1994, pero su herencia sigue presente... y volverá a lo grande en 2020.
La historia de Toaplan recuerda, desgraciadamente, a la de otras muchas compañías japonesas que reinaron en la edad dorada de los salones recreativos, pero que no lograron adaptarse al creciente peso de las consolas domésticas. Sus inicios no fueron nada fáciles: el germen de todo fue una pequeña compañía llamada Orca, que tuvo que cerrar sus puertas por dificultades económicas (y alguna que otra amenaza de ciertos yakuzas a los que debían dinero). Sobre sus cenizas, se erigió una nueva compañía, Clax, que sólo llegó a producir un único juego, Gyrodine, comercializado por Taito en los salones recreativos, MSX y Famicom. A pesar de sufrir una nueva quiebra, aquel talentoso equipo iniciaría una larga relación laboral entre la recién formada Toaplan (al principio, bautizada como Toa-kikaku) y Taito, aunque, en sus inicios, también produjo títulos para SNK ( Jongbou) y Data East ( Performan). En 1985, el descomunal éxito de Tiger-heli garantizó la supervivencia de Toaplan, al convertirse en el primer título de una larga serie de legendarios shoot'em ups de la casa, comercializados bajo el sello de Taito: Slap Fight, Flyingshark, Twincobra, Truxton... En 1989, el lo
go de la compañía apareció, por fin, en la pantalla de presentación de otra leyenda "matamarcianesca", Hellfire, al que seguirían otras maravillas como Twinhawk, Zero Wing y Fireshark.
Aunque los shoot'em ups eran su especialidad, Toaplan también dejó para la posteridad clásicos de mecánica plataformera como Wardner y, sobre todo, Snowbros, una de las recreativas más longevas en los bares españoles junto a Pang. En la primera mitad de la década de los 90, hubo otro buen puñado de preciosos shooters ( Dogyuun, Truxtonii, Grindstormer...), pero también castañas del calibre de Knucklebash. En 1994, en pleno desarrollo de la secuela de Snowbros, Toaplan entró en bancarrota, y los principales talentos del estudio decidieron montar sus propias compañías: CAVE, Raizing, Gazelle y Takumi. Las IP de Toaplan acabaron siendo adquiridas por Tatsujin (el nombre japonés de Truxton), una compañía fundada por Masahiro Yuge (veterano del estudio). Pero ojo, porque M2 tiene ambiciosos planes al respecto.
TIGER-HELI
El primer gran éxito de la compañía, comercializado en Japón bajo el sello de Taito. Inspirándose en Gyrodine, la recreativa que firmó en 1984 cuando aún era Crux, Toaplan firmó un shooter vertical tan sencillo como apasionante. Arrasó en los salones recreativos y en muchos bares españoles. Y fue imitado hasta la saciedad.
SLAP fight
Un clásico con mayúsculas, inspirado en el matamarcianos más exitoso del momento: el Xevious de Namco. Eso sí, Toaplan le aportó su propia personalidad, en este caso representada por el sistema de power ups de la nave. Entre sus muchos ports, nos quedamos con el de MD, recuperado por M2 para la MD Mini japonesa.
flying SHARK
Los biplanos más letales de la historia de los videojuegos protagonizaron este nuevo éxito recreativo de Toaplan, cuya popularidad se tradujo en un torrente de ports para ordenadores domésticos. Por desgracia, la versión de NES, obra de Software Creations, jamás salió de Estados Unidos.