EL DECÁLOGO DE LA NUEVA GENERACIÓN
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Para jugar. Sony y Microsoft han hecho hincapié en que sus dos nuevas consolas se han diseñado para potenciar el desarrollo y el disfrute de videojuegos. Más allá de que se presten a ejecutar otras aplicaciones, todo estará al servicio de estudios y usuarios. Lejos queda la pifia de Don Mattrick con Xone.
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Rendimiento. Ambas consolas aspiran a consolidar como estándar el combo del 4K y los 60 frames por segundo, tan difícil de ver en sus predecesoras. Además, según los juegos y el equilibrio por el que opten los estudios, habrá potencial para llegar hasta 8K o 120 cuadros por segundo.
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Retrocompatibilidad. A diferencia de sus predecesoras, Xbox Series X y PS5 podrán ejecutar juegos de consolas antiguas desde el primer día. Ahora bien, la consola de Microsoft permitirá ejecutar juegos de las tres generaciones previas de Xbox, mientras que la de Sony se limitará a la generación de PS4.
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Raytracing. Tras debutar en PC hace un par de años, esta tecnología se estrenará en consolas. Se trata de un recurso que permite simular con precisión y realismo el comportamiento de la luz y el sonido en tiempo real, algo que se dejará notar en los reflejos, los efectos de partículas, las sombras...
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Fecha. A pesar de las trabas que ha traído consigo la crisis del coronavirus, las dos compañías mantienen sus planes de lanzar ambas consolas en otoño de 2020. Salvo que se retrasen (cosa que no descartamos), volverían a ponerse a la venta casi a la vez, igual que PS4 y Xbox One en el lejano 2013.
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Sin esperas. Gracias al SSD, los tiempos de carga, tanto en los juegos como en la interfaz, pasarán a mejor vida. Los viajes rápidos serán instantáneos, no hará falta usar "trampas" como ascensores para cargar una zona en segundo plano, se podrá ejecutar un juego desde donde lo dejamos...
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Mismo socio. Sony y Microsoft han recurrido a AMD para que diseñe el corazón de las dos consolas. Ambas harán gala de la arquitectura Zen 2 de ocho núcleos, con versiones personalizadas. En términos relativos, la tecnología es mucho más puntera que la de PS4 y One, que nacieron obsoletas.
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Mundos. Los juegos que más beneficiados se verán por la potencia de las nuevas máquinas serán los de mundo abierto. Al desaparecer las barreras técnicas, los estudios de desarrollo podrán hacerlos más grandes, vivos y dinámicos, sin miedo a que se les vean las costuras o a que el popping campe a sus anchas.
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Almacenamiento. Los discos duros de siempre dejarán paso a los veloces discos de estado sólido y, además, habrá ranuras para ampliar el espacio con tarjetas externas basadas en la misma tecnología. El de Xbox tendrá mayor capacidad, mientras que el de PS5 tendrá mayor velocidad de lectura.
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Lector. Pese a la imparable pujanza del formato digital, las nuevas consolas seguirán teniendo un lector de discos al uso. En concreto, será un lector de Blu-ray 4K UHD, tanto para juegos como para películas. Sony ya ha especificado que los discos podrán tener un tamaño de hasta 100 GB.