El año del “no E3”, el año de los grandes juegos
Os voy a confesar que la ausencia del E3 me ha llevado dos meses por la calle de la amargura. Un no parar de anuncios y eventos que se han disgregado tanto en el tiempo y han tenido tanto baile de fechas que se ha hecho difícil presentároslos a vosotros con cierto orden. Como ejemplo, la presentación de los primeros juegos de Xbox Series X, que vosotros ya habréis visto mientras leéis estas líneas, pero que aún no se había celebrado mientras yo las escribía…
Paradojas temporales aparte, que todo este lío coincida con el año final de generación ha sido una p…erturbación. En estos momentos, vivimos siempre lo mejor de la generación que se acaba y sentimos la emoción de descubrir qué nos depara la nueva. Me entristece y me alegra a la vez: se van a abandonar consolas en plena madurez para iniciar un nuevo camino de aprendizaje.
Cuando avancéis unas páginas, descubriréis lo bien que luce Starwarssuadrons, lo lejos que puede llevarnos Cyberpunk
o lo apasionante que puede ser volver a la época de los vikingos o tener la posibilidad de reclutar a todos los ciudadanos de Londres para luchar contra la opresión. Pero es que llevamos ya muchos meses viviendo obras únicas: juegos de rol que van a marcar época, aventuras que han removido conciencias (y sacado intolerantes a la luz), reimaginaciones de clásicos como nunca soñamos jugarlas, ejercicios de originalidad mágicos, juegos de deportes y velocidad que casi parecen reales...
Y lo que nos espera es aún mejor. Hasta que las desarrolladoras les cojan el pulso a las nuevas consolas, jugaremos más o menos a lo mismo, pero más bonito. Lo que me ilusiona en esta ocasión es que las tecnologías que se han encajado en las tripas de las nuevas máquinas nos pueden dar la oportunidad de ver cosas diferentes desde el principio. Al menos, eso pudo adivinarse en algunos de los juegos de PS5. A estas alturas, vosotros sabréis ya si los primeros juegos de Xbox Series X también miran más allá de los gráficos. Este relevo generacional puede ser el más impactante desde la llegada de las 32 bits. Ojalá sea así.