La languidez del papel
No es ningún secreto que la prensa de videojuegos tradicional no atraviesa su mejor momento y, en los últimos años, no han dejado de desaparecer revistas, sin olvidar guías como las que hacía Prima.
Las revistas mensuales de videojuegos han formado parte de la vida de muchos usuarios, pero es indudable que, progresivamente, el papel ha ido cediendo el protagonismo a las páginas web, favorecidas por su inmediatez y su gratuidad. Ha pasado en todos los sectores de la prensa y, si en España desapareció una revista tan icónica como Interviú, ¿cómo no iba a suceder lo mismo con muchas publicaciones especializadas en nuestro ocio interactivo? A lo largo de los años, hemos ido viendo cómo se quedaban por el camino multitud de cabeceras, como Superjuegos, Marca Player o, más recientemente, Revista Oficial Nintendo y Playmanía, dos publicaciones que, de hecho, eran hermanas de Hobby Consolas. Este mismo año, hemos temido, incluso, por otra exfamiliar nuestra como Micromanía, que dejó de publicarse durante un mes, pero, por suerte, ha acabado volviendo. Y no hace falta que os hablemos de los sacrificios que nosotros mismos hemos tenido que hacer para persistir, en forma de salidas de personal, reducción de páginas o subidas de precio, provocadas por la mengua progresiva del número de lectores y por la migración de los anunciantes hacia internet, dos hechos estrechamente ligados y que, en esencia, se deben a los cambios estructurales que se han producido en la sociedad en las dos últimas décadas. Incluso empresas como Prima Games, que hacía magníficas guías oficiales de nuestros juegos favoritos, tuvieron que echar el cierre hace años.
No obstante, como ya hemos dicho en más de una ocasión, nosotros tenemos intención de seguir al pie del cañón durante muchos años, porque somos de la opinión de que el papel puede seguir coexistiendo con internet, cuyos estándares normativos son tremendamente diferentes. De ahí que, desde hace unos años, hayamos dado prioridad a contenidos más interpretativos y reposados que los puramente informativos o los análisis que pueblan las webs. Y, desde luego, siempre con un lenguaje visual y textual muy diferente al de la red de redes, donde se priorizan los cebos o los contenidos virales y no es tan fácil ver reportajes maquetados o escritos como los que pueblan esta nuestra revista.