MÁS SABE EL DIABLO POR VIEJO QUE POR DIABLO
Muchas compañías de videojuegos se han adentrado en el infierno, pero ninguna lo ha hecho con tanto ardor como Blizzard, que aspira a lograr la cuadratura de los círculos del averno con Diablo IV
PS5 - XBOX SERIES X/S - PS4 - XBOX ONE - PC BLIZZARD ENTERTAINMENT ROL 6 DE JUNIO
Diablo IV se ha cocido a fuego muy lento en los altos hornos de Blizzard Entertainment, pero, después de varias betas abiertas, su carne de demonio a la parrilla está lista para ser degustada.
El juego se anunció a finales de 2019, pero su desarrollo se fue complicando, no sólo por la pandemia de covid-19, sino también por el despido de su director, Luis Barriga, debido a los escándalos de acoso acontecidos en el seno de la empresa, lo que llevó a Joe Shely a asumir el liderazgo del proyecto. Como es lógico, los plazos se fueron posponiendo, si bien, para hacer hambre, entre medias se lanzaron Diablo II: Resurrected, una remasterización para consolas y PC de la segunda entrega de la saga, y Diablo Immortal, una entrega más experimental para dispositivos móviles. Pero aquello fueron meros sucedáneos: al final, lo que queríamos era paladear una nueva generación de Diablo.
En ese sentido, tras su difícil estreno para ordenadores en 2012, hay que recordar que Diablo III tuvo una vida larga y próspera, con su salto a consolas, su expansión Reaper of Souls o sus remasterizaciones y reediciones para PS4, Xbox One y hasta Switch. Han pasado once años desde el estreno primigenio de aquel juego, lo cual invita a hacerse una idea de la esperanza de vida de su secuela, que, a diferencia de sus antecesores, será multiplataforma desde el primer día, con versiones tanto para PC como para Playstation y Xbox. En relación con eso, el juego hará gala de un nuevo motor gráfico, pero, para bien (de quien aún no haya dado el salto a PS5 o Series X-S) y para mal (de quien esperara un avance tecnológico aún más potente), será intergeneracional.
Sin fronteras en Santuario
Diablo IV condensará las principales características de cada uno de sus progenitores. Lo imbuirá una oscuridad como la de la primera entrega, dispondrá de una progresión como la de la segunda y el sistema de combate a lo hack and slash beberá del de la tercera. Y, como la numeración romana indica, en lo narrativo, será una secuela con todas las de la ley, ambientada varias décadas después de los sucesos de Reaper of Souls. Así, Santuario, un reino asolado por las guerras entre los Altos Cielos y los Infiernos Abrasadores, volverá a verse amenazado por las sombras y los demonios proyectados por la siniestra y corruptora Lilith, hija del odio.
Desde hace años, Blizzard ha demostrado su maestría para hacer perdurar sus juegos. Ahí están el ejemplo de World of Warcraft, el de Overwatch y el de la propia saga Diablo, cuyas entregas se han prestado siempre a jugar durante cientos de horas. Pero, con la cuarta parte, va a ir aún más lejos. Por un lado, podéis esperar un postjuego a la vieja usanza, con infinidad de mazmorras, subidas de nivel adicionales una vez superada la
BLIZZARDI HA DEMOSTRADO SU MAESTRÍA PARA HACER PERDURAR SUS JUEGOS CON WORLD OF WARCRAFT
historia, cantidades ingentes de botín o hasta multijugador competitivo. Por otro lado, habrá un claro enfoque de juego como servicio, lo cual incluirá temporadas y pases de batalla que nos proveerán de nuevos desafíos y recompensas durante muchísimos años.
En cualquier caso, el juego base que se pondrá a la venta el 6 de junio será ya de por sí una experiencia gigantesca. Igual que tantas otras compañías, Blizzard se ha animado a adentrarse en el concepto del mundo abierto, de modo que Santuario, formado por cinco grandes regiones (Estepas Adustas, Cimas Quebradas, Bosques de Scosglen, Pantanos de Hawezar y Desiertos de Kehjistan), será un reino interconectado y no lineal, que podremos recorrer a caballo y del cual formarán parte más de 120 mazmorras que se generarán aleatoriamente. Además, habrá fuertes tomados por los demonios que deberemos conquistar, para que pasen a ser pueblos amistosos y llenos de vida.
Por si todo eso fuera poco, el multijugador tendrá mayor importancia que nunca, hasta el punto de que será obligatorio estar conectado a internet. Como siempre, podremos juntarnos con hasta tres amigos y sacar el máximo partido a las cinco clases de personajes disponibles. Pero, además, el mundo general del juego (no así las mazmorras, que serán "privadas") tendrá un enfoque de MMORPG, de modo que nos podremos cruzar con otros jugadores, algo que será particularmente relevante en los eventos periódicos, que nos desafiarán con retos como unos jefazos tremendamente duros de roer.
No vemos la hora de empezar a despedazar súcubos, esqueletos y otras criaturas abisales, en una carnicería demoniaca que durará una eternidad. Hasta que el infierno se congele.
EL MULTIJUGADOR TENDRÁ MAYOR IMPORTANCIA QUE NUNCA, MERCED AL ENFOQUE DE MMORPG