Alone in THE dark
ps5 - xbox series x/s - pc pieces interactive (thq nordic) 16 de enero
Una retirada a tiempo es una victoria, y más si se produce cuando una editora de clase media ha tenido la feliz ocurrencia de echar a los leones a su nuevo cachorro. Estaba previsto que Alone in the Dark se lanzara el 25 de octubre, pero, viendo el abigarrado panorama de lanzamientos (con Marvel's Spider-man 2, Super Mario Bros Wonder, Forza Motorsport, Assassin's Creed Mirage o el ya comentado Alan Wake II), THQ Nordic tuvo la prudencia de retrasarlo dos meses y medio para que no pase desapercibido.
Como en el caso de Silent Hill 2, hablamos de otro remake de un clásico cuyo nombre podría llegar a confundirse con el del juego original, al no habérsele añadido ninguna etiqueta diferenciadora. En este caso, se trata de una reimaginación del antecesor de lo que hoy entendemos por "survival horror", diseñado por Frédérick Raynal y lanzado en PC en 1992. Aquel juego marcó el camino a Resident Evil y Silent Hill, pero, luego, la licencia fue dando tumbos y cayó en la intrascendencia... hasta que THQ Nordic decidió adquirirla y ponerla en manos de Pieces Interactive, un estudio que empezó trabajando para PC y móviles antes de dar el salto a consolas, con productos como Magicka 2 o Titan Quest: Ragnarök.
También con una cámara al hombro como las de Alan Wake II y Silent Hill 2, esta puesta al día nos permitirá adentrarnos de nuevo en la Mansión Derceto, más terrorífica y lovecraftiana que nunca, bien en la piel de Edward Carnby o bien en la de Emily Hartwood. Eso sí, aunque habrá muchos elementos familiares, se ha optado por reescribir desde cero el guión, salido de la afilada pluma de Mikael Hedberg, responsable de las historias de dos juegos de terror indies tan aplaudidos como Amnesia: The Dark Descent y SOMA. Con esos mimbres, el planteamiento será el de un survival horror de la vieja escuela, en el que no sólo habrá que hacer frente a enemigos monstruosos, sino también a rompecabezas que nos obligarán a estar atentos mientras exploramos las diversas y lúgubres estancias de un edificio ansioso por ser nuestra tumba.