PUESTA A PUNTO EN TU PIEL
Días más largos, sí, pero sobre todo mayor intensidad solar, aumento de la temperatura y polen disparado. Nada como hacer coincidir el inicio de la primavera con algunos cambios en nuestra rutina de cuidados que la piel agradece.
CAMBIO DE PARADIGMA
Durante el invierno, es momento de reparar, de nutrir, de aportar confort.Ahora, cuando los días se hacen más largos, llega el momento de prevenir, especialmente la agresión que suponen los rayos UVB.Y es que, si bien los UVA están presentes todo el año, a más horas de luz y más intensidad solar, mayor será la incidencia de los UVB, especialmente teniendo en cuenta que pasaremos más tiempo al aire libre y expuestos a ellos. Así que… ya no hay excusas: la protección solar diaria es un deber absoluto. Y no solo en el rostro, no. No hay que olvidar cuello, escote, manos y antebrazos; protegerlos del sol escrupulosamente es la mejor forma posible de evitar esas manchas y cambio de textura, que aparecen mucho antes de lo que una querría. ¿Qué tal apostar por una crema de manos con SPF como compañera fiel?
APOYO NECESARIO
Una y otra vez, insistimos en estas páginas sobre la importancia de contar con una dosis de antioxidantes diaria, para ayudar a la piel a defenderse, ¡y cuando aumentan las horas de luz es aún más necesaria! Incluir cada mañana un sérum o unas ampollas antioxidantes es uno de los mejores regalos que le podemos hacer a nuestra piel, siempre tras la limpieza y tonificación, y antes de la crema de día. En caso de manchitas, de tono irregular –o si es fumadora– la opción ideal son los productos con, al menos, un 10% de vitamina C, que además de ser una aguerrida guerrera antirradicales libres (que ya se agradece…) ayuda a mejorar el tono y estimular la creación de colágeno.
LIGEREZA, POR FAVOR
El frío pide cremas untuosas, ricas, que aporten confort a la piel y que las abriguen. Pero al
Cuando se cambia el abrigo por una chaqueta más liviana, es también tiempo de apostar por cremas que aporten mucha hidratación con una textura ligera
igual que cambiamos de ropa, hemos de variar de cremas, apostando por fórmulas más ligeras. Es el momento de evitar las texturas muy intensas y optar por aquellas que nos proporcionan mucha hidratación, pero en una textura más ligera.
¿ GRANITOS? ES POSIBLE
Con el cambio de estación, a veces aparecen granitos e impurezas puntuales, como si la piel también se estuviera habituando al cambio. Para evitarlos en la medida de lo posible, nada como recordar ser estricta con la rutina de limpieza, usando bien gel o leches limpiadoras o, aún mejor, apostando por la doble limpieza, evitando recurrir solo al agua micelar (que se queda
El aumento de las horas de sol y de los rayos UVB hacen del fotoprotector un cosmético esencial en cara, cuello, escote ¡y manos!