BLANCA ROMERO

Desde su casa en Asturias, la actriz nos pone al día de sus proyectos a la vez que nos desvela dos de las recetas que no faltan en su mesa cuando recibe invitados... o tiene ganas de darse un homenaje.

Apunto de estrenar su último proyecto, La abadesa, dirigida por Antonio Chavarrías, la actriz se encuentra en uno de los mejores momentos de su vida. Asentada en Asturias, su tierra natal, junto a su hijo pequeño, Martín, ha convertido su hogar en el centro de reunión de su gente. Le encanta hacer de anfitriona, y como buena asturiana, no pierde ocasión de mostrar su arte en los fogones, sobre todo con recetas propias de la región.

-¿Eres cocinitas?

-Sí, cocino desde niña; siempre me gustó y puedo decir que tengo mano.

-¿Qué es lo que más te gusta?

-Como buena Tauro, amo la buena comida... y la mala también. Comer es lo que más me gusta en el mundo. Pero si tengo que decir algo en concreto, la tortilla de patata de mi abuela y sus menestras de carne y verduras.

-¿Tienes algún recuerdo de infancia asociado?

-Sí, recuerdo que cuando mi abuela nos hacía la tortilla de patatas nunca la dejábamos terminar tranquila… ¡queríamos comernos las patatas según las freía! Y otro muy curioso es el de la primera vez que hice un bizcocho: lo metí al horno y pensé que había que darle la vuelta a media cocción. ¡Imagínate cómo quedó! Destruido como si le hubiera puesto un petardo dentro.

-¿Cuál dirías que es tu recuerdo más memorable asociado a la gastronomía?

-Las comidas en Casa Marcial. A los Manzano los quiero como familia.Tanto a Chusín, que pasó muchas horas conmigo y tiene un sentido del humor muy fino, como a Esther, que es de otro planeta, la mujer más generosa y trabajadora que conozco. Única, como Nacho, que es disperso, humilde, impaciente... un genio. Lo admiro muchísimo.

«Como buena Tauro amo la buena comida... y la mala también. Comer es lo que más me gusta en el mundo»