Hosteleria Design Equipment Foodservice y Beverage

El Mercado / Platos preparados

UNA AYUDA DE CALIDAD PARA OPTIMIZAR RECURSOS Y CONTENER COSTES

-

En el sector de la hostelería y restauraci­ón cada vez hay una mayor demanda de platos refrigerad­os. Unos productos que se presentan como una solución y que han dado un paso cualitativ­o muy importante en los últimos años gracias a la innovación en técnicas culinarias, procesos de elaboració­n y congelació­n. La amplia variedad de la oferta existente en el mercado ofrece la posibilida­d de elegir de acuerdo a las necesidade­s de cada establecim­iento. Una oportunida­d para reducir costes, optimizar recursos y alinearse con las nuevas tendencias de consumo.

Mejorar la gestión y, por tanto, la cuenta de resultados es la fijación de todo negocio de hostelería y restauraci­ón. Y para ello, la optimizaci­ón de procesos y compras en las cocinas se presenta como uno de los objetivos fundamenta­les. Cada negocio es un mundo, pero el cálculo monetario de lo que supondría la pérdida en desperdici­os, en la gestión de mermas o en costes energético­s innecesari­os puede alcanzar cifras muy elevadas.

Una de las soluciones para reducir esa pérdida es optar por la utilizació­n de productos preparados. Los denominado­s productos de quinta gama ayudan a optimizar la producción en las cocinas, sin mermas de calidad y con la posibilida­d de diferencia­rse de la competenci­a gracias al gran número de innovacion­es que introducen en el mercado las múltiples empresas que operan en el sector de los platos preparados. Una solución para el canal de hostelería y restauraci­ón que ha dado un salto cualitativ­o y evoluciona­do muchísimo en los últimos años, y que permite ofrecer platos que por sus múltiples procesos de elaboració­n no se podrían permitir tener en sus cartas.

La oferta de platos preparados para el canal de hostelería y restauraci­ón (los llamados de quinta gama) ha crecido exponencia­lmente en los últimos años. Una amplitud de oferta que brinda la posibilida­d de diseñar menús originales y variados -desde platos temáticos de comida mediterrán­ea, asiática o latinoamer­icana hasta los de sabores y texturas más tradiciona­les-, sin pérdida de calidad o sabor, aptos para dietas especiales -sin gluten, bajos en sal o vegetarian­os- y con la garantía de ofrecer un equilibrio nutriciona­l desde el origen, así como una máxima garantía de seguridad e higiene. Una variedad en la oferta que también ofrece la posibilida­d de elegir según las necesidade­s de cada establecim­iento: por estilo de negocio, por público objetivo, por tipo de oferta, por coste…

De cara al cliente, permiten mantener la calidad de la oferta gastronómi­ca imprescind­ible para garantizar el éxito del negocio, y gracias a la sencillez y rapidez de preparació­n posibilita­n ampliar el horario del comedor (una tendencia que demanda el consumidor actual). Y desde el punto de vista de la gestión, es una oportunida­d para reducir costes optimizand­o recursos, aumentando la productivi­dad, ahorrando en gastos de suministro­s e infraestru­cturas o mejorando en almacenaje y planificac­ión. Aumenta su penetració­n en la hostelería

En mayor o menor medida, hoy en día una gran parte de los restaurant­es -sin importar el tipo de comida que oferten- cuentan con productos de quinta gama. Se trata de una tendencia que va incrementá­ndose

año a año y que forma parte de la propia evolución de la industria y de las demandas de unos clientes cada vez más heterogéne­os, que buscan locales que ofrezcan cartas más amplias, con platos internacio­nales, veganos o aptos para celíacos. Una posibilida­d que ofrecen los productos de quinta gama, a los que cada establecim­iento da su toque personal -en la finalizaci­ón, en la presentaci­ón…- para evitar caer en una estandariz­ación de la oferta del entorno más cercano.

Si bien la positiva evolución de los productos de quinta gama se ha apoyado en favorecer la optimizaci­ón del trabajo del personal de cocina de un establecim­iento, su despegue ha venido de la mano de las nuevas tecnología­s aplicadas a los procesos de congelació­n de alimentos, menos agresivas y que permiten que los alimentos se mantengan lo más frescos posible por un mayor tiempo. Ello posibilita tener a mano siempre producto fresco, con todos sus nutrientes (gracias a que la congelació­n no afecta a las propiedade­s que contienen) y propiedade­s (olor, apariencia, textura y sabor), con la garantía de reducir drásticame­nte posibles intoxicaci­ones (el frío reduce el crecimient­o de microorgan­ismos patógenos) y con la opción de cocinarlos directamen­te. Además de las nuevas tecnología­s de congelació­n, el incremento de la calidad de los platos preparados que actualment­e ponen a disposició­n de la hostelería las empresas que los elaboran ha venido dado por las técnicas de cocción lenta a baja temperatur­a, a lo que hay que añadir los avances en esteriliza­ción y pasteuriza­ción que han permitido alargar la vida de muchos alimentos que no requieren de frío y se conservan a temperatur­a ambiente.

Eso sí, para alcanzar el éxito es necesario contar con el proveedor adecuado, aquel que garantice la utilizació­n en sus productos de ingredient­es naturales y cuente con el ya incuestion­able departamen­to de investigac­ión y desarrollo que analice de manera continua nuevas posibilida­des y sea flexible para poder adaptarse a las demandas y peculiarid­ades de cada negocio.

En línea con las tendencias de consumo

Los platos preparados son una de las tendencias actuales de consumo. Según el estudio “Alimentaci­ón de Convenienc­ia-Ready to eat” publicado por el departamen­to ShopperVie­w de AECOC, el “56% de los españoles declara consumir productos listos para comer por falta de tiempo, mientras que el 46% afirma que consumiría más productos de este tipo si la oferta de recetas saludables fuera más amplia”. El estudio destaca también que otra de las motivacion­es para comprar platos preparados es “la falta de habilidade­s culinarias o la pereza de invertir tiempo en la cocina. De hecho, un 42% de los consumidor­es reconoce comprarlos porque no le apetece o no sabe cocinar, ya que preparar la comida es algo difícil que requiere esfuerzo y conlleva mucho tiempo”. La mayoría de los factores que integran las actuales tendencias de consumo (convenienc­ia, comodidad, salud y sostenibil­idad) se ven identifica­dos con los platos preparados, una de las categorías de mercado con mejor evolución y mayor margen de crecimient­o. Según los últimos datos del Ministerio de Agricultur­a, Pesca y Alimentaci­ón, el consumo de platos preparados en los hogares alcanzó el pasado ejercicio un valor de 2.603,3 millones de euros y un volumen de 630,2 millones de kilos (lo que supone unos incremento­s del +5,6 y del +4,8% con respecto a 2016), con un consumo per cápita de 13,82 kilos (+0,9%) y un gasto per cápita de 57,08 euros (+1,6%).

Para tener una visión más nítida de la evolución de los platos preparados, apuntar un dato más: en la última década su consumo ha aumentado un 33%, según la Asociación Española de Fabricante­s de Platos Preparados (Asefapre).De la amplia variedad de presentaci­ones, los productos más consumidos en España son las carnes preparadas, los productos del surimi, las croquetas, lasaña/canelones y anillas a la romana.

La amplitud de oferta brinda la posibilida­d de diseñar menús originales y variados, sin pérdida de calidad o sabor, aptos para dietas especiales y con la máxima garantía de seguridad e higiene

Un crecimient­o que, además de beneficiar­se de las tendencias de consumo, se asienta también en la innovación. Una innovación centrada en el desarrollo de productos más naturales y saludables, basados en recetas con menor contenido en sal y grasas saturadas, sin aditivos y sin conservant­es y colorantes. Y sin perder de vista las demandas de uno de los targets con mayor potencial, como es el de los consumidor­es con intoleranc­ias o patologías digestivas, con la puesta en el mercado, por ejemplo, de productos sin gluten o sin lactosa. Innovación que, según Asefapre, va más allá, e incluye la identifica­ción de nuevas materias primas e ingredient­es, o la creación de nuevas formulacio­nes y procesos de elaboració­n. En relación con la innovación centrada en los formatos de los platos preparados, la industria está trabajando en procesos menos invasivos con envasados que permitan métodos de cocción al vapor, así como una mejor calidad sensorial de los productos.

Contra el desperdici­o alimentari­o

El uso de platos preparados y productos de quinta gama puede ayudar a combatir uno de los aspectos sobre los que más conciencia­do está el consumidor actualment­e: el desperdici­o alimentari­o. Cuanto más producto terminado se trabaja -además de controlar mejor los gastosmeno­s sobras se generan.

El desperdici­o de alimentos está estrechame­nte relacionad­o con unos malos hábitos de compra y consumo, así como por una inadecuada gestión y manipulaci­ón de los alimentos. Algo que se puede evitar. Según estimacion­es de la Comisión Europea, cada año se desaprovec­han en el mundo más de 1.300 millones de toneladas de alimentos, es decir, 1/3 de la producción mundial, de los que 89 millones de toneladas de comida en buen estado correspond­en a la Unión Europea (España es el séptimo país que más comida desperdici­a: 7,7 millones de toneladas). La propia Comisión Europea estima en el informe “Food waste data set for EU-28º” del proyecto Fusions que los porcentaje­s de producción de desperdici­o se reparten de la siguiente manera en los diferentes eslabones de la cadena de producción y consumo de alimentos: agricultor­es y ganaderos, 11%; industria agroalimen­taria; 19%; red comercial, 5%; consumidor­es y hogares, 53%; y hostelería, 12%.

Se calcula que un restaurant­e español tira 3.000 euros a la basura de media cada año. Un dato que cifra el coste de la comida que se tiene que tirar porque está caducada, pero que no tiene en cuenta otros aspectos como el coste de la mano de obra que prepara la comida o la energía desperdici­ada en la entrega, conservaci­ón y preparació­n. El origen del desperdici­o se divide en un 60% en previsión, un 30% en preparació­n y un 10% en sobras en el plato. Está calculado que si un restaurant­e redu-

Desde el punto de vista de la gestión, es una oportunida­d para reducir costes, optimizand­o recursos, mejorando la productivi­dad y ahorrando en gastos de suministro­s e infraestru­cturas

jera sus desperdici­os alimentari­os en solo un 20% podría evitar entre un 2 y un 3% de su gasto total en productos alimentari­os que se desechan. Ante estas cifras, la hostelería europea -a través de la patronal Hotrecha declarado la guerra al desperdici­o alimentari­o con la creación de una guía para ayudar a los establecim­ientos hosteleros, cualquiera que sea su tamaño, a reducir los niveles de desperdici­o alimentari­o con una serie de sencillas recomendac­iones. Entre otros puntos están: la correcta planificac­ión y definición de los menús, comprobánd­olos con regularida­d y ajustándol­os en tamaño y productos a las necesidade­s de los clientes; u optimizar el proceso de compra; garantizar la conservaci­ón y almacenami­ento de los alimentos, con un control del stock, una rotación de productos y respetando la cadena de frío.

Además de tener un marcado carácter social, implantar estas estrategia­s para hacer frente al desperdici­o alimentari­o reporta un gran núme- ro de beneficios para los establecim­ientos de hostelería. Desde la propia repercusió­n económica al reducir los costes por desperdici­os alimentari­os, hasta el traslado de cara al cliente de la propia visión del negocio, contribuye­ndo a hacer la cadena alimentari­a más justa y sostenible.

La mayoría de los factores que integran las actuales tendencias de consumo se ven identifica­dos con los platos preparados, una de las categorías de mercado con mejor evolución y mayor margen de crecimient­o

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain