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Recetario emocional con personalidad propia
Taberna Pedraza y Carmen Casa de Cocidos se unifican en un solo espacio en el que seguir disfrutando del recetario tradicional de la casa. Los responsables de dar forma a este nuevo hogar en la madrileña calle Recoletos -el estudio Arquitectura Invisible, de la mano de su fundador, Nacho Redruello- han sabido crear un ‘lugar propio’ para cada uno de los artífices del proyecto -Santiago Pedraza y Carmen Carro-, con espacios y conceptos diferentes que confluyen en una misma filosofía: ofrecer la fusión perfecta entre elaboración, producto y máximo cuidado.
Taberna Pedraza, el restaurante especializado en cocina de producto reconocido por elaborar una de las mejores tortillas al estilo de Betanzos de la capital, ha abierto recientemente las puertas del que va a ser su nuevo hogar, en la calle Recoletos. Ubicada en esta vía que enlaza la calle Serrano con el Paseo de la Castellana, la nueva Taberna Pedraza sigue apostando por el recetario emocional que caracteriza a la casa, siempre enfocado en el producto y la cocina tradicional. En este espacio Taberna Pedraza vuelve a sus orígenes, con un ambiente que recordará a sus inicios en la calle Ibiza, y donde los tres ingredientes responsables del éxito del restaurante, tiempo, corazón y producto, seguirán estando muy presentes.
Tras dos años de viajes, estudios, observación y pruebas por parte de sus creadores -Santiago Pedraza y Carmen Carro-, Taberna Pedraza abría sus puertas el 10 de abril de 2014 para defender el recetario tradicional alcanzando tres objetivos: elegancia, equilibrio y respeto por la cocina. Desde su apertura, la acogida por parte del público fue inmejorable y, en noviembre de 2015, Taberna Pedraza se mudaba a un espacio más amplio en la misma calle Ibiza. Así daba paso, en el local original, a Carmen Casa de Cocidos, donde otra de las grandes especialidades de la casa se convertía en protagonista.
Ahora, con esta reapertura, Taberna Pedraza y Carmen Casa de Cocidos se unifican en un solo espacio, en el que Carmen Carro, su creadora y jefe de cocina, seguirá desgranando los secretos del recetario español para ofrecer a sus comensales la fusión perfecta entre elaboración, producto y máximo cuidado.
Para dar forma a esta experiencia gastronómica, Taberna Pedraza confió en el estudio Arquitectura Invisible y en el talento de Nacho Redruello, su fundador y arquitecto experto en bioclimatismo y geobiología, para crear un espacio único con un claro protagonista: los elementos de inspiración natural, como las cascadas o los jardines verticales.
Situado en un edificio centenario, el espacio a tratar era un local de más de 500 m2, con una gran complejidad espacial: tres plantas a diferentes alturas, espacios pequeños
divididos por muros de carga, tabiquería existente que reduce todavía más los espacios, dos patios, una escalera en medio de los espacios principales… Todo ello llevó a que los responsables del proyecto acabaran concibiéndolo con una estética a base de
collages de espacios, dando importancia y singularidad a cada uno de ellos.
La entrada actual, concebida como acceso y barra, ha sido transformada en una taberna de las de toda la vida. Con su barra, carnes expuestas, quesos, embutidos… un lugar para la degustación. Y como en toda taberna, encontramos un comedor. Situado frente a la barra y separado de ésta por la entrada, un espacio donde se sostienen los grandes barriles de cerveza. El comedor, con sus bancos corridos y mesas redondas de mármol, nos traslada sutilmente a una taberna tradicional.
Desde la taberna se accede a los tres salones de la planta superior. El principal, con doble altura y una barandilla que, convertida en una mesa asomada al vacío, conforma un espacio donde prima la sencillez, la luminosidad y el diálogo tanto con el patio como con la estructura del edificio de pies derechos de madera. La vinculación con los elementos de tierra y agua configuran estos tres salones: “Los colores, mobiliario, iluminación, materiales, vegetación… todo se va transformando sutilmente como el transcurso de un río”, explican desde el estudio.
Desde la taberna el recorrido se divide en dos, pudiendo acceder a los salones superiores o a la casa de cocido madrileño del piso inferior. Carmen es la protagonista de este espacio, un lugar que evoca a las grutas típicas de Madrid. Los materiales naturales, ladrillo, piedra, madera y corcho crean una atmósfera donde los elementos tierra y fuego cobran importancia.
La cocina preside este espacio, que se configura especialmente para diferenciarse del resto de salones. La experiencia culmina con una mesa especial junto al pase de cocina, con un acceso, a través de la parrilla, al patio privado exterior.
Cabe destacar que la vegetación está presente en todo el proyecto, introduciendo la naturaleza y el agua en el interior de los espacios a través del paisaje vegetal de los patios; y en todos los espacios es igualmente protagonista la iluminación, que sigue los conceptos de sencillez y naturalidad, realizando un ejercicio de jerarquía visual en todos los espacios.
Además de guisos representativos como la tortilla, el cocido o las croquetas, los comensales que visiten esta nueva casa podrán deleitarse con los platos a la parrilla que se sirven en Taberna Pedraza. Gracias a su dominio de las brasas, las carnes maduradas de vaca gallega -protagonistas de estos platos- ven potenciados su sabor y calidad. Además, como novedad en esta nueva etapa, el restaurante completará su carta incorporando auténtica carne de buey gallego.