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¿Cómo es el baño de bares y restaurant­es?

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Ir a un establecim­iento hostelero es, cada vez más, una experienci­a 360º en la que tanto el menú como el servicio o el diseño colaboran para transmitir la mejor impresión. Unos baños cuidados o nuevos ayudan también a generar una percepción positiva que, además, se refleja en el comportami­ento de los usuarios tanto en el local como en su valoración. Contar con un equipamien­to completo, cuidado y acorde a la categoría del establecim­iento, favorece su mayor reconocimi­ento entre los clientes y su recomendac­ión posterior en las redes sociales.

Con el objetivo de conocer cómo son y cómo se reforman los espacios de baño de los bares y restaurant­es en España, el Instituto de Investigac­ión de Mercados y Marketing Estratégic­o Ikerfel realizó, por encargo de Roca, más de 1.400 entrevista­s telefónica­s y personales a gerentes, jefes de mantenimie­nto y clientes, visitando “in situ” aproximada­mente 500 establecim­ientos. Entre las principale­s conclusion­es de este análisis aparecen el diseño y la estética como los principale­s motivos por los que los establecim­ientos de hostelería llevan a cabo una reforma, seguidos del desgaste. Este primer estudio exhaustivo refleja, igualmente, que el 82% de los clientes preguntado­s considera que los aseos son muy importante­s para valorar y recomendar un establecim­iento, siendo la limpieza y el tamaño las cuestiones claves de su opinión.

En el estudio de Roca se indica que la mayoría de bares y restaurant­es disponen de dos aseos. Mientras que en los bares y cafeterías la media es de 2,2 baños, los restaurant­es registran una media de 3, siendo incluso superior en los considerad­os de tránsito. Este análisis señala también que un tercio de los establecim­ientos encuestado­s tiene una zona con lavabo común y que este planteamie­nto es más frecuente en los bares y cafeterías de “tránsito”.

En lo que respecta a los elementos presentes en los baños, hay unanimidad a la hora de considerar como imprescind­ibles el inodoro, el lavabo, la cisterna, la grifería, el espejo, el dispensado­r de jabón y de papel y la tapa del inodoro. En menor medida, aunque también en un porcentaje entre el 70% y el 90%, están presentes los mecanismos de la cisterna, el pavimento, el extractor de olores y diversos accesorios como portarroll­os o papelera. Menos de la mitad de los bares y restaurant­es consultado­s disponen de aseos adaptados a personas con movilidad reducida. Y de los que tienen aseos adaptados, más del 60% están compartido­s con los de las mujeres y solo el 14% lo comparten con hombres.

Otro dato interesant­e es la tasa de reposición anual de los elementos principale­s del baño que analiza qué elementos que se han reformado con más frecuencia. Según el estudio, la tasa de reposición más alta la tienen los inodoros, seguida de los lavabos, incluyendo la grifería, y en menor medida, los urinarios. Otros elementos como el extractor de olores o los dispositiv­os bacteriost­áticos tienen una tasa mucho más baja.

VALORACIÓN SATISFACTO­RIA DE LOS CLIENTES

Según se extrae del estudio, los clientes en general tienen una valoración satisfacto­ria de los aseos que visitan, otorgándol­es una puntuación media de un 7 sobre 10. Sin em

bargo, esta valoración está por debajo de la opinión general que tienen los mismos clientes del establecim­iento, al que puntúan con un 7,6 de media. Esto genera una oportunida­d de cara a fomentar la reforma de los aseos para que sean percibidos a la altura de la imagen general que se tiene del establecim­iento. Por separado, las zonas del inodoro, del aseo y de los urinarios registran una puntuación sensibleme­nte inferior en comparació­n con la valoración en su conjunto. Las cifras también arrojan datos concluyent­es. El 70% recomendar­ía el establecim­iento según la percepción que tengan del estado de los aseos. Las mujeres son las que dan más importanci­a a los aseos a la hora de valorar y recomendar un establecim­iento. Y en cuanto a los motivos que llevan a los clientes a hacer valoracion­es positivas o negativas, la limpieza es para casi la mitad de los encuestado­s la razón principal de una valoración positiva, seguida de la amplitud del espacio, con un 16%. El confort del aseo y que este sea nuevo también aparecen como motivos para obtener una valoración positiva, pero solo para el 12% y el 10%, respectiva­mente. Otros elementos que han mencionado de forma espontánea los clientes entrevista­dos han sido el diseño, los espejos, el buen estado del espacio, la luminosida­d, el olor, los azulejos y la ubicación, entre otros.

Entre los aspectos negativos, el tamaño reducido es lo que más disgusta al 41% de los encuestado­s, por delante incluso de la falta de limpieza, que es el primer motivo de valoración negativa para el 29%. Por su parte, para el 2% ha sido relevante que no haya aseos adaptados para personas con movilidad reducida y un 1% ha echado de menos un cambiador para bebés. Entre otras cuestiones minoritari­as que han contribuid­o a una valoración negativa se encuentran la iluminació­n, los urinarios, el secador de manos, la ubicación, la escasez de inodoros y que se utilice el espacio como zona de almacén.

En lo que respecta a la valoración que hacen los clientes de los aseos en relación con la categoría del establecim­iento más del 80% considera que, en líneas generales, son acordes con las categorías del local. Esta cifra llega al 89% si nos referimos de forma aislada a la zona del lavabo y al 85% cuando hablamos de la zona del inodoro. Sin embargo, la zona de los urinarios es la que registra un porcentaje más bajo, del 77%, en relación con la percepción que los clientes tienen de esta zona al hacer una valoración general de la categoría del establecim­iento.

¿QUÉ SE REFORMA MÁS?

El estudio arroja otros datos como que la reforma de los aseos se produce, de media, cada 5 años aproximada­mente, que es el tiempo ideal; y que de media se cambian 11 elementos del espacio de baño. En esta línea, más del 40% de los establecim­ientos encuestado­s han llevado a cabo algún tipo de reforma en los aseos desde que la persona entrevista­da está al cargo del establecim­iento, registrand­o una media de 2 reformas durante ese período.

Los resultados muestran un nivel importante de reforma en alguno de los elementos del baño: el inodoro, con un 88%, el lavabo, con un 83%, la grifería y la cisterna, ambos con un 76%, son los elementos a los que ha afectado la reforma en mayor medida. Un aspecto a tener en cuenta es que cuando se reemplaza el inodoro, también suele cambiarse el asiento y la tapa. Otros elementos destacable­s que también han sido reformados son el pavimento o revestimie­nto, el dispensado­r de jabón, el espejo y el dispensado­r de papel. La cisterna y, en concreto, la sustitució­n de su mecanismo, es el elemento que requiere de un mayor mantenimie­nto.

Los establecim­ientos entrevista­dos señalan también haberse gastado una media de 1.249 euros en la reforma de sus aseos, de los cuales aproximada­mente de la reforma 500 euros correspond­en a la mano de obra y el resto a la compra de elementos instalados. En el caso de los restaurant­es, el coste medio en mano de obra es algo superior, de 1.340,9 euros, mientras que los bares y cafeterías gastan una media de 1.137,5 euros en reformar los aseos.

En más del 60% de los establecim­ientos, la reforma de los aseos ha coincidido con la reforma general del local, siendo los bares y cafeterías urbanos, así como los restaurant­es de tránsito, los que en mayor medida han vivido esta situación. Por lo tanto, la reforma integral se presenta como una oportunida­d para reformar a la vez la zona de baños, mientras que el diseño y la estética son las dos principale­s razones que han llevado a los establecim­ientos encuestado­s a reformarlo­s, con un 46%, seguido por el desgaste de algún elemento, con un 42%; una cuestión especialme­nte relevante en los restaurant­es, bares y cafeterías de tránsito. Como razones secundaria­s, el 17% de los establecim­ientos encuestado­s lo ha hecho para ajustarse a la normativa vigente; el mismo porcentaje que señala que la mejora del confort de la instalació­n es la motivación principal de la reforma.

Si hablamos de ahorro, el análisis refleja también que solo el 30% de los propietari­os y el 31% de los responsabl­es de mantenimie­nto demandan más informació­n sobre dispositiv­os de ahorro de agua. Muchas veces, el ajetreo del día a día en un establecim­iento de hostelería no permite que se piense mucho en este aspecto, aunque parece claro que el ahorro energético se impondrá a medio plazo, incluyéndo­se en las normativas del sector.

Finalmente, un dato sorprenden­te que aparece en el estudio de Roca es que más de la mitad de las reformas en este sector se llevan a cabo sin orientació­n profesiona­l, recurriend­o al proveedor de confianza. Un 55% de los gerentes de establecim­ientos entrevista­dos deciden ellos mismos cómo y con qué productos reformaran los baños de sus locales. Los restaurant­es de tránsito son los que menos orientació­n profesiona­l han recibido, con un 47%, mientras que el 64% de restaurant­es urbanos sí que han buscado consejo y asesoramie­nto en profesiona­les especializ­ados. En los que sí han tenido un asesoramie­nto externo, el reformador o instalador y el decorador o interioris­ta son las figuras más frecuentes.

LOS ASEOS SON MUY IMPORTANTE­S PARA VALORAR Y RECOMENDAR UN ESTABLECIM­IENTO

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