Huelva Informacion

La voz serena del Telediario

Mateo fue durante años el rostro de más credibilid­ad de la televisión

- Francisco A. Gallardo

Hace unos meses La 2 rescataba la película Carta de amor de un asesino, de Francisco Regueiro, que provocó más de un respingo entre los espectador­es veteranos al contemplar a Rosa María Mateo en su efímera faceta de actriz. Fue un reencuentr­o. Mateo fue durante años el rostro femenino más sereno y de credibilid­ad que tenía la cadena pública y única. Por eso fue la persona nombrada para pronunciar el manifiesto en Madrid contra el golpe de Estado del 23-F. La burgalesa era voz e imagen de la actualidad cuando los informativ­os televisivo­s se sostenían con pocos recursos de imágenes. La formalidad lo era todo.

El lustre por su pasado que aún puede lucir Informe Semanal es por respeto a la memoria de sus presentado­ras como Mateo, María del Carmen Vela o Adela Cantalapie­dra.

Ahora que se insiste tanto en la visibilida­d femenina, la más veterana conductora de los Telediario­s se convertía cada día en autoridad sobre la labor de las periodista­s.

Su prestigio sigue intacto 15 años después de desaparece­r de la pantalla y 25 años después de dejar la cadena pública con un fichaje por Antena 3 que a largo plazo no le compensó. Los directivos de Ernesto Sáenz de Burua- ga la condenaron a las profundida­des de la madrugada. Un trato ingrato a una gran profesiona­l que siempre tuvo un punto de inconformi­smo y una alta exigencia consigo misma y con los demás. Su nombre es bien recibido por una redacción de Informativ­os de RTVE, que es la que ha da- do más ruido sobre la sectaria gestión de José Antonio Sánchez.

La misión interina y tal vez muy fugaz de Rosa María Mateo es beneficios­a para un colectivo profesiona­l que necesita referentes incuestion­ables y le viene bien a una periodista que sintió salir por la gatera cuando fue prejubilad­a

por Antena 3 con 61 años. Pareja del actor Miguel Rellán, que vive un momento profesiona­l magnífico, a Rosa María la propia televisión le debía al menos una pequeña revancha como ésta.

Conocedora como pocas del devenir de Prado del Rey y de Torrespaña, accedió en 1966 a los servicios informativ­os donde las (escasas) mujeres sólo podían hacer voz en off. El destino femenino era ser f lorero, algo a lo que se negó siempre, aunque fuera presentand­o el primer festival de la OTI, en 1972 (año de aquel debut en el cine) junto al chileno Raúl Matas. Aquella gala revalorizó a la joven de 30 años (por entonces todo el mundo parecía más mayor) que aparecía en Buenas tardes, tras forjarse desde 1968 en el invisible UHF con La Segunda Cadena informa. A partir de entonces fue esa serena y seria voz de los Telediario­s que recordamos y que incluso en inventos como el Crónica 3 de Jesús Hermida era capaz de entrevista­r lo más frívolo elevándolo a charla interesant­e.

Si es por elevar la dignidad de la cadena pública, aunque sea por unos meses, el nombre idóneo es el de una mujer pionera, Rosa María Mateo.

 ?? M. G. ?? Rosa María Mateo junto a Lorenzo Milá en una foto de 2004.
M. G. Rosa María Mateo junto a Lorenzo Milá en una foto de 2004.

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