Aprendizaje en pleno paraje natural
La Escuela de Exploradores enseña la fauna y flora autóctona a los pequeños
En torno a 200 talleres, que combinan el carácter lúdico con el educativo, permiten a los chicos y chicas de la Escuela de Exploradores disfrutar de un verano diferente. Marismas del Odiel, joya de la Red de Reservas de la Biosfera, acogen por séptimo año consecutivo esta iniciativa del Centro de Visitantes Anastasio Senra, que posibilita a los jóvenes, cuyas edades oscilan entre los cuatro y los catorce años, aprender sobre la flora y la fauna del paraje.
Las actividades se extienden durante once semanas, desde el 25 de junio hasta el 7 de septiembre, en un horario f lexible de 7:30 a 15:30. Los más de 800 alumnos que se han inscrito este año, aunque se espera que la cifra ascienda hasta los 900 en las próximas semanas, pueden asistir cuantas veces ellos deseen.
El proyecto, que cuenta con el patrocinio de la Fundación Atlantic Copper, tiene dos objetivos. Por un lado, persigue un trasfondo educativo con una metodología lúdica, de modo que los niños y niñas que participan pueden sumar conocimientos a su educación medioambiental. Por otro, ofrecen a las familias que por motivos laborales no pueden estar con sus hijos por las mañanas, un campamento durante el período estival.
Los jóvenes se dividen en grupos porque, tal y como señala Paco Morales, gerente de Onubaland, empresa que lleva a cabo este proyecto, “aprovechamos los contenidos curriculares que dan en sus cursos para trabajar otros conceptos”. Para ello, emplean nombres de aves emblemáticas del espacio natural, que ayuda también a una identificación con las mismas. De esta manera, los niños y niñas pueden pertenecer al grupo Calamones, Espátulas, Flamencos y Águilas.
A nivel estructural, la Escuela de Exploradores fija una temática diferente para cada semana, para abordar, según Morales, “una problemática o algún aspecto de contenido medioambiental que sea de interés global o local”. Unido a ello, se tratan también asuntos transversales a estas temáticas durante todo el verano, como pueden ser la familiarización con las aves o Marismas del Odiel como espacio protegido.
Concretamente, durante esta semana el tema a tratar fue el criterio de la sostenibilidad en cuestiones como la alimentación. El objetivo es que los chicos tengan conciencia de que hay que seguir comiendo durante años, por lo que es necesario llevar a cabo una dieta más sostenible.
Entre las actividades que los inscritos desempeñarán durante la época estival, figuran visitas de un especialista de bellas artes que aborda el arte y la naturaleza, momentos de avistamiento de especies que luego se recogen en los cuadernos individuales de los alumnos o jornadas de anillamiento, seguimiento y marcaje de aves en los que los niños se sienten partícipes de proyectos científicos formales. Sin embargo, según Álvaro Javier Romero, uno de los monitores, “los talleres en los que se manchan y las gymkanas son los principales reclamos”. Para los instructores es fundamental integrar cuestiones familiares en el aprendizaje porque “si no le das un contenido que asocien a su rutina, no tiene sentido. Yo intento que puedan aplicar todo lo que aprenden en su día a día”, añade Romero.
La previsión señala que serán 900 los alumnos inscritos durante las vacaciones de verano