May pide desde Belfast flexibilidad a la UE para que acepte su plan para el ‘Brexit’
La primera ministra británica, Theresa May, pidió ayer a Bruselas flexibilidad para que acepte su nuevo plan de salida de la UE, al tiempo que atacó a sus críticos en el Partido Conservador, cuya presión ha debilitado su posición negociadora ante el Brexit.
Esos fueron los principales mensajes que dejó la líder tor y tras una visita de dos días a Irlanda del Norte, donde reiteró su compromiso para mantener abierta la frontera con la República de Irlanda después de este divorcio, clave para sus economías y el proceso de paz. Para resolver la cuestión fronteriza, uno de los mayores escollos en las conversaciones, la UE debe “evolucionar”, pues su posición actual es “impracticable”, subrayó May en Belfast, ante representantes empresariales y políticos de la provincia británica. Con esas palabras volvió a rechazar el contenido del acuerdo alcanzado en Bruselas el pasado diciembre, cuando la UE propuso mantener a Irlanda del Norte alineada con algunas normas de la unión aduanera y el mercado único para evitar el restablecimiento de una barrera estricta tras el Brexit.
Entre los partidarios de un Brexit duro se encuentra el probritánico Partido Democrático Unionista (DUP), mayoritario entre los protestantes norirlandeses y cuyos diez diputados en Westminster permiten a May gobernar en minoría. Su líder, Arlene Foster, agradeció las garantías de la primera ministra para que Irlanda del Norte no tenga “un estatus especial”.
En el lado opuesto, el partido Sinn Féin, principal entre los nacionalistas católicos de la región, consideró, después de mantener un “encuentro difícil” con May, que Londres no está aportando claridad sobre la cuestión fronteriza y que el regreso de los puestos de control sería “catastrófico”.