La otra huella de la pandemia
Cuando en marzo se inició el confinamiento se abrieron muchos debates sobre el impacto psicológico que estas medidas tienen en l a población. Del mismo modo, las distintas acciones que favorecen el distanciamiento social suponen en muchos casos el aislamiento o la soledad. El teletrabajo empotrado en la cotidianeidad también ha hecho efecto en los niveles de estrés y ritmo de vida. Todo pesa. En junio la revista Frontiers in Psychology publicó un estudio español desarrollado por las psicólogas Rocío Rodríguez–Rey, Helena Garrido–Hernansaiz y Silvia Collado, en el que exploran el impacto psicológico de la pandemia de Covid19 en la población adulta en general durante las primeras etapas del brote en España, así como sus niveles de ansiedad, estrés y depresión.“Durante tal estado, los ciudadanos deben permanecer confinados en casa con pocas excepciones justificadas. Toda esta situación cambió drásticamente la vida de la población, lo que puede causar una amplia gama de impactos psicosociales”, explican las autoras en su estudio.
Además, el trabajo también examinó hasta qué punto las siguientes variables se asociaron con la salud mental de los participantes: demografía, grado de preocupación por la pandemia, condiciones ambientales durante el confinamiento domiciliario, cambios en la vida diaria como consecuencia de la pandemia, contacto con la enfermedad Covid-19, severidad real y percibida de la crisis, información sobre el Covid-19, estado de salud percibido y actividades de ocio realizadas.
Aproximadamente el 36% de los participantes en esta encuesta informaron de un impacto psicológico de moderado a severo, el 25% mostró niveles de ansiedad de leves a graves, el 41% informó síntomas depresivos y el 41% se sintió estresado. Las mujeres, los jóvenes y aquellos que perdieron su trabajo durante la crisis de salud mostraron los síntomas psicológicos negativos más fuertes.
Lo que más preocupaba a los españoles era la probabilidad de sufrir una crisis económica derivada de la pandemia. Encontramos factores asociados a una mejor salud mental, como estar satisfecho con la información recibida sobre la crisis de salud, realizar actividades de ocio y la percepción de buen estado de salud. Estos hallazgos se pueden utilizar para diseñar intervenciones psicológicas que ayuden a afrontar la pandemia de Covid-19, tanto en España como en otros países.
Ahora otro estudio, publicado en International Journal of Environmental Research and Public Health, en el que también ha participado Rocío Rodríguez–Rey, del Departamento de Psicología de la Universidad Pontificia de Comillas; y Helena Garrido–Hernansaiz, del Departamento de Educación y Psicología del Centro Universitario Cardenal Cisneros, ha medido el impacto psicológico de la pandemia en los trabajadores de primera línea en España comparándolos con los datos recogidos sobre la población general.
Los participantes fueron 546 trabajadores (296 trabajadores de la salud, 105 profesionales de los medios de comunicación, 89 trabajadores de supermercados y 83 trabajadores de ser vicios de protección). “Los trabajadores que han estado en primera línea durante la pandemia presentan peores niveles de impacto psicológico que la población general”, afirma a la agencia SINC Nereida Bueno Guerra, profesora de la Universidad Pontificia Comillas y coordinadora del trabajo.
Los resultados indican que el 73,6% de los trabajadores de la salud confirmaron haber sufrido un impacto psicológico grave, seguido por un 65,2% de los que trabajan en alimentación, un 48,6 % de los profesionales de la comunicación y un 26,5% de los trabajadores de cuerpos de seguridad.
Las autoras sugieren algunas medidas organizativas para las instituciones de primera línea, como el seguimiento periódico o la inclusión de psicólogos especializados en manejo de crisis para prevenir síntomas negativos y brindar apoyo oportuno.
Además, según ref lejan en sus conclusiones las mujeres mostraron un impacto psicológico significativamente más alto que los hombres tanto en el grupo de trabajadores de la salud como en el grupo de trabajadores de supermercados, y no se notaron diferencias en los otros dos. “Este hecho podría deberse, según las investigadoras, a que son oficios feminizados.
El sector sanitario es el más afectado, tras supermecados y cuerpos de seguridad