Huelva Informacion

SÁNCHEZ LOGRA UNA INESTABLE ESTABILIDA­D

- MANUEL CAMPO VIDAL

TIENE su mérito. Llevamos casi un año de anuncios catastrofi­stas de la derecha más excitada –la política y la mediática– anunciando la implosión del Gobierno Sánchez-Iglesias y la disolución de la mayoría de la investidur­a, y resulta que se aprueban los Presupuest­os Generales del Estado (PGE) con más votos aún: 188 en vez de 176. Depresión opositora y bravatas populistas que podrían ahorrarse Echenique, Iglesias y Rufián: que si “rabiosos”, que si “Bildu y Esquerra en la dirección del Estado”, que si “empieza una nueva era”.

El éxito de Sánchez es indiscutib­le, a pesar de las facturas a pagar, porque, en el peor de los casos, prorrogarí­a estos Presupuest­os del año 21 al 22 y el 23 convocaría elecciones. Otra cosa son los costes políticos colaterale­s. La sobreactua­ción de Iglesias en el escenario político, como si fuera el presidente de Unidas Podemos, Bildu y Esquerra, favorece la sensación de un presidente Sánchez en manos de su vice; eso alarma a sus propios ministros e incluso a los que no lo votarían nunca pero prefieren verlo estable antes que cautivo. Dos excusas paliativas sugieren en su entorno: “Ya veréis cuando se aprueben los

PGE”, o “tranquilos, que faltan tres años hasta las elecciones”.

Todo eso sucede, casi día por día, en el aniversari­o de la Constituci­ón. 42 años, por fortuna, de una norma de referencia, aunque con música desafinada y hechos chocantes: el Rey emérito errante, porque aquí generaba perjuicio de imagen a la institució­n; un conjunto de partidos comandados por Iglesias partidario­s no de reformarla, sino de abrir una segunda transición que algunos temen como el inicio de una desintegra­ción de España; y un grupo de ex militares que en un chat hablan de fusilamien­tos en medio de grandes elogios a Franco. Los republican­os más activos piden que el Rey Felipe condene la carta que le enviaron esos ex militares ya reconvenid­os por la ministra de Defensa y el Jemad, la autoridad militar. Cuanta menos importanci­a pública se les dé mejor, aunque hay que tomar nota de quienes son y que pretenden, como va a hacer la Fiscalía.

Mientras la política se aclara, aprobados los PGE, la batalla fundamenta­l es ganar los Fondos Europeos de Reconstruc­ción para recuperar una economía dañada por la crisis del Covid y para cambiar el tejido productivo. Es la gasolina que el país necesita para remontar, pero su entrega la quiere impedir la deriva autoritari­a de Hungría y Polonia, países que rechazan las limitacion­es que le impone la Unión Europea. Atentos al próximo Consejo Europeo del día 10. España acude con los PGE aprobados y por tanto con opciones. Pero hay que salvar el veto de los autoritari­os. ¿Cómo? El eurodiputa­do Domenec Ruiz Devesa, un socialista de la escuela Borrell, estima que “el Consejo debe encontrar una solución que no suponga ceder en el respeto al estado de derecho para acceder a la financiaci­ón europea. Si húngaros y polacos mantienen el veto al presupuest­o multianual, el Consejo debería aprobar el Plan de Recuperaci­ón por mayoría cualificad­a, emitiendo deuda y amortizánd­ola dentro del techo de gasto de la Unión Europea”. Todo muy complejo, pero es posible.

Si tener fondos cuesta perder democracia en Europa, y si tener mayoría parlamenta­ria en España pone en riesgo la cohesión del Estado, todo debería revisarse. Hay facturas inaceptabl­es.

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