Guaidó ataca a Zapatero por ser “cómplice de violaciones” de Maduro
El chavismo afianza su poder, pero pierde crédito tras las elecciones al Parlamento
El chavismo ganó sin sorpresas los comicios parlamentarios celebrados el domingo en Venezuela, marcados por la alta abstención –más del 80%, según la oposición– y el llamamiento al boicot que hiciera el sector disidente que respalda al líder Juan Guaidó, y afianzó su poder, aunque también perdió credibilidad, tanto frente a la comunidad internacional –la UE no reconocerá el resultado en las urnas– como entre la izquierda del país con la que otrora formó alianza.
El Consejo Nacional Electoral (CNE), un ente al que los opositores venezolanos acusan de presunta parcialidad con el Gobierno de Nicolás Maduro, anunció que el chavismo obtuvo el 67,6% de los votos emitidos, unos 3.558.320. La coalición Alternativa Democrática, que agrupa a partidos opositores que acudieron a las elecciones después de que el Tribunal Supremo les designara nuevas juntas directivas, se hizo con 944.665 votos, el 17,95%. Éste es el primer boletín oficial, emitido después del recuento del 82,35% de las papeletas, mientras que el dato oficial de participación se ubicó en el 31%.
“Hemos tenido una tremenda victoria electoral”, dijo Maduro, aunque no se conoce todavía el número exacto de escaños que ganó el Gran Polo Patriótico, la plataforma de partidos que lo respalda. Los resultados establecen, además, que figuras del oficialismo, como Diosdado Cabello, la primera dama Cilia Flores, María León, el presentador de televisión Mario Silva y el ex presidente del Parlamento Jesús Soto lograron un puesto en la Cámara.
Con este panorama, el chavismo retoma el control del poder Legislativo, el órgano que sirvió a los opositores para lanzar su ofensiva contra Maduro.
“Tenemos muchísimas razones para estar contentos”, declaró Cabello durante una reunión del gobernante Partido Socialista
Unido de Venezuela (PSUV) al celebrar los resultados.
Pero al tiempo que gana más poder, el chavismo pierde más legitimidad interna y externa, algo que viene ocurriendo desde 2017 cuando se instaló en el país caribeño la Asamblea Nacional Constituyente, un ente que no reconocen la oposición y parte de la comunidad internacional.
Entretanto, Juan Guaidó acusó ayer al ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero de ser “cómplice de violación de derechos humanos”, por “relativizar” la crisis venezolana, al posicionarse del lado del chavismo, señalado por diversas organizaciones internacionales de la comisión de crímenes y otros delitos. “En este momento, Zapatero se convierte en cómplice de violación de derechos humanos. No es posible relativizar con la legitimidad del venezolano y no lo aceptamos”, dijo Guaidó, que rechazó los resultados de los comicios legislativos y los tachó de fraude.
Guaidó señaló a Zapatero, que acudió a Caracas en la jornada electoral, de ser “abogado de la dictadura” de Maduro y reiteró que “no es posible” que se relativice la “violación de derechos humanos” en Venezuela, un país donde –aseveró– hay “torturas”, “hay gente desaparecida” y familiares de víctimas en protestas buscando justicia.