EL VALOR DE UNA IMAGEN
HAY imágenes con un profundo calado, que transmiten mucho más de lo que la apariencia ofrece y que en ocasiones pasan desapercibidas. Son esas tras las que ver mensajes de alcance. Tendría que escribir de cualquier otra cosa porque ni siquiera debería ser noticia, pero lo es. En tiempos tan duros como los que nos tocan y nos tocarán vivir no pocas veces criticamos (quien suscribe es el primero en hacerlo) la distancia con la realidad de parte de la clase política, perdida en debates de consumo propio o ajenos a las verdaderas necesidades de la calle. Por ello el pasado pleno de la Diputación de Huelva fue tan significativo. Todos los partidos que forman parte de la corporación provincial se unieron para votar en un mismo sentido (sí, todos). La ocasión lo merecía. El equipo de Gobierno de la socialista María Eugenia Limón, el PP, Ciudadanos y Adelante se dieron la mano por el bien común. En una provincia que acumula tantos trenes perdidos no cabe sino plantearse las ocasiones malogradas que habrían salido bien con semejante espíritu de unidad. Ojalá no sea anécdota pasajera.
El tiempo dirá si es la puerta a una nueva política o un ejercicio de responsabilidad colectiva imprescindible pero ocasional ante un escenario realmente complejo. La sociedad requiere de sus dirigentes sensatez y coherencia, que dejen a un lado sus disputas partidistas innecesarias y centren los esfuerzos en aliviar los problemas que la actual coyuntura genera. No se trata de renunciar a proyectos y principios propios. El espíritu de colaboración ha sido el pilar sobre se han construido los grandes logros políticos de esta sociedad. Cuando tengan que debatir, que debatan. Cuando tengan que discutir, que lo hagan. Y cuando les toque defender posturas diferenciadas que luchen por ellas que por algo los votamos los ciudadanos, pero que no olviden nunca que por encima de las siglas está la provincia.
El plenario aprobó así los proyectos por casi de 2.000 millones de euros que deben transformarse en planes de reconstrucción para la provincia de Huelva. Es mucho dinero, equiparable a cuando la entrada en la entonces Comunidad Económica Europea abrió el grifo de los fondos de cohesión que durante años financiaron la transformación nacional y andaluza. Ojalá de esa recuperación emane un espíritu que perdure por el bien común de la provincia. Son muchos los retos que se avecinan.
El bien común debe imperar por encima de intereses partidistas y debates de autoconsumo ajenos a las necesidades reales