Miles de ciudadanos claman contra la ley Celaá y dicen que ataca a la libertad
Protesta en las calles de numerosas ciudades contra la “imposición” por parte del Gobierno con la reforma educativa Celaá defiende la “equidad” y la “excelencia” como pilares de la norma
Miles de personas salieron ayer a las calles de numerosas ciudades españolas para protestar contra la ley Celaá, una reforma educativa que consideran una “imposición” y un ataque a la libertad por parte del Gobierno, aunque este defiende la “equidad” y la “excelencia” como pilares de la norma.
Con el respaldo de partidos de oposición, caravanas de vehículos recorrieron localidades como Madrid, Barcelona, Valencia, Logroño, Pamplona y Málaga para rechazar una ley que, según los organizadores de las convocatorias “restringe duramente derechos y libertades individuales y colectivos”, como denunciaron en la capital de España. Además, “atenta contra la libertad de enseñanza proponiendo una drástica reducción del pluralismo y del derecho a elegir de las familias”, según el manifiesto leído en Madrid.
En él, los convocantes –la plataforma Más Plurales. Más Iguales. Más Libres– critican que la ley llega “sin diálogo, sin negociación, sin consenso político y social” y con una tramitación parlamentaria “exprés” en la que “se ha vetado la participación de la sociedad civil”.
La lectura corrió a cargo el presidente de la Confederación Nacional Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa), Pedro Caballero, y la presidenta de la Confederación de Padres de Alumnos (Confapa), Begoña Ladrón de Guevara.
Sobre un estrado instalado en la plaza de la Cibeles, estuvieron acompañados por tres “Reyes Magos” y junto a un buzón de cartón con el mensaje: ‘Queridos Reyes Magos, os pido libertad de enseñanza’.
Además de criticar “con contundencia” la Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación (Lomloe, nombre oficial de la ley) rechazaron lo que consideran las “calumnias y falsedades que se están vertiendo sobre la enseñanza concertada” con el “único propósito de desprestigiar a un sector que contribuye de forma muy positiva a la educación y formación de una buena parte de la sociedad”. “La concertada, la religión, la diferenciada, la educación especial, no son problemas reales del sistema educativo, pero esta ley quiere su desaparición”, señala el manifiesto.
El secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, defendió, también en la manifestación de Madrid, el sistema del permiso parental. Este sistema sería la herramienta para que las familias tengan la posibilidad de no autorizar a que sus hijos vayan a un taller de “adoctrinamiento ideológico”, ha señalado Ortega Smith para incidir en su lucha por “una educación de calidad en España y despolitizada, en definitiva en libertad”.
En Barcelona, el portavoz adjunto de Ciudadanos (Cs) en el Congreso de los Diputados, Edmundo Bal, reclamó al Gobierno que aproveche el trámite de la ley en el Senado de la próxima semana para volver a introducir el castellano como lengua vehicular en la ley Celaá. Señaló que esta ley supone “un acto impositivo” y de “cercenamiento del derecho de los padres a que puedan elegir la lengua materna de sus hijos” con el castellano como vehicular junto con el catalán.
La exigencia de respeto a la libertad y el rechazo a la denunciada “imposición” fueron el denominador común en las manifestaciones celebradas en las diferentes ciudades, la mayoría de ellas desde vehículos.
Las cuatro capitales de provincia catalanas, las tres aragonesas, las dos canarias, las principales ciudades de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Oviedo, Gijón, Sevilla y Murcia, entre otras, acogieron protestas en las que ondearon banderas españolas y los coches estaban adornados con globos de color naranja.
Pero el Gobierno defendió también ayer la reforma educativa y, por medio de la ministra, Isabel Celaá, criticó las protestas contra la norma. “La derecha que tenemos en el Senado y en el Congreso de los Diputados no habla de educación; nos habría encantado poder hablar de educación con ellos”.