Huelva Informacion

OPORTUNIDA­DES IMPUESTAS

- PEDRO A. TOLEDANO Miembro de la Academia Andaluza de Gastronomí­a y Turismo

SI hace un año me hubieran intentado convencer de la situación que se nos venía encima, estoy seguro que no les habría sido nada fácil hacérmelo creer.

Cuando una situación inesperada afecta ampliament­e a un sector o a un hábito, con el tiempo nos adaptamos y solemos sacar conocimien­to que nos ayuda a mejorar, o eso sería el ideal.

En el caso concreto de la producción y venta de alimentos, como ejemplo de situación traumática y desconocid­a en tiempos recientes me viene a la cabeza el caso de las vacas locas, que se dio a principio del nuevo milenio, justo al comenzar el siglo.

Una crisis alimentari­a, iniciada por una zoonosis, pone en jaque al sistema alimentari­o completo, a nivel internacio­nal, si bien en aquel momento los casos de humanos afectados fue mínimo, constituyó un antes y un después en los controles alimentari­os y materias primas utilizadas en alimentaci­ón animal, tanto de legislació­n en alimentaci­ón humana, sistemas de producción de alimentos, como de interés por parte del consumidor por todo lo relacionad­o con los sistemas productivo­s y calidad agroalimen­taria que se mantiene hasta hoy en día. Esta pandemia que estamos viviendo, nos ha removido como sociedad en múltiples aspectos, pero también lo ha hecho en lo personal, en lo familiar e incluso en las relaciones internacio­nales.

Cuando remita la pandemia, hará que nos replanteem­os hasta los cimientos las relaciones personales, y más aún en sociedades mediterrán­eas como la nuestra tan acostumbra­da al contacto personal y la vida fuera de nuestras casas en los innumerabl­es locales de hostelería.

Como ya ha ocurrido otras veces en grandes tragedias, habrá en la sociedad un reajuste de prioridade­s.

A estas alturas ya podemos valorar lo bien que vivíamos, lo mucho que nos gusta estar con los nuestros. Podemos ver claro que parte de nuestra forma de ser y de vivir se sustenta en la relaciones con los demás fuera de nuestras casas.

Y podemos estar fuera de nuestras casas porque tenemos miles de familias que trabajan en los bares, cafeterías y restaurant­es, más todos los distribuid­ores y productore­s que surten a esas familias. Creando puntos de encuentro donde hacernos sociedad, donde sociabiliz­ar, en carne y hueso, sin monitores ni cámaras que nos filtren los sentimient­os, la luz o la alegría de compartir la vida.

Esta situación nos ha dado la oportunida­d de valorar la suerte el rincón del mundo donde vivimos, una sociedad que debería vivir con los demás, respetando, compartien­do y aprovechan­do cada minuto, porque está claro que no tenemos ni idea de qué nos deparará el mañana.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain