“Tenemos derecho a disfrutar”
Wuhan, la ciudad china donde empezó el Covid, celebra por todo lo alto la entrada del nuevo año con las calles y las discotecas repletas de gente
Una pareja caminaba por una calle peatonal completamente abarrotada y no daba crédito: Wuhan, la ciudad donde comenzó a propagarse el Covid-19 y la que vivió el primer gran confinamiento, celebró en masa la llegada del año nuevo, casi como si nada hubiese pasado. Desde primera hora de la tarde, riadas de personas atestaron el Metro, de 11 millones de habitantes, para llegar a la calle peatonal de Jianghan, escenario de una aglomeración que sorprendió a los propios residentes.
“No veía tanta gente junta desde hacía años, es muy emocionante ver Wuhan así”, apuntó el joven Yao, que recorría con su novia esa vía comercial, donde se veían colas para poder entrar en tiendas y restaurantes. La mayoría eran jóvenes sin miedo a contagios –Wuhan sumó su último caso por transmisión local a mediados de mayo– y “con ganas de recuperar el tiempo perdido”, agregó la sonriente chica, Wu.
Hay quien, como Leng, un estudiante universitario, quiso aclarar que la ya recuperada Wuhan no quería restregar las imágenes de los multitudinarios festejos en las caras de quienes aún sufren la pandemia: “Que nosotros podamos salir hoy a la calle para celebrar no significa que no nos solidaricemos con el resto”.
Leng fue uno de los miles de ciudadanos que acudieron a la céntrica plaza de Jianghan para reunirse frente al reloj del edificio Hankou para la cuenta atrás que ponía fin al 2020. “Tenemos derecho a disfrutar”, agregó el joven, que pese a la normalidad de la jornada tiene aún presente los estragos que causó el Covid o el estricto confinamiento de la ciudad, que comenzó a finales de enero y se alargó durante 11 semanas: “Si me dices a finales de febrero que hoy estaríamos así, no me lo creería”, relató.
Cinco, cuatro, tres, dos, uno... las miles de personas congregadas en la plaza contaron expectantes y en voz alta cada segundo antes de llegar la medianoche.
Entonces, los asistentes se felicitaron y soltaron al unísono miles de globos con distintas formas y colores, para darle la bienvenida al 2021 y dejar atrás el aciago 2020. Después de las campanadas, los wuhaneses se abrazaron y se hicieron los self ies de rigor para compartirlos en las redes sociales. Para algunos, era el final de la noche, pero para otros la juerga acababa de empezar: en algunas discotecas estaban ya las entradas agotadas.
En el fastuoso club Han no dejó de entrar y salir gente sin parar en sus enormes salas, en las que cientos de personas bailaron –algunos con mascarilla, muchos sin ella– al son de una machacona música electrónica hasta bien entrada la noche. “Sé que este año se han prohibido en muchos sitios. Toda nuestra solidaridad. Pero aquí se han hecho muchos sacrificios. El país prácticamente ha cerrado las fronteras. No hay más remedio que aceptar que te rastrean tus movimientos. Se supone que para evitar contagios. Y aquí el confinamiento fue... ni se podía salir de la ciudad”, indicó.
Lejos queda enero del año pasado, cuando Wuhan registraba decenas de casos diarios de una “misteriosa neumonía” que acabaría por causar 3.869 muertes en la ciudad, según las estadísticas oficiales.