Un cazalla para el vicepresidente Iglesias
● El alcalde de la localidad sevillana le envía varias botellas de aguardiente y un libro sobre su historia, en respuesta al tuit en el que se denuesta al producto
El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, podrá degustar en breve, tal vez mientras que disfruta de una de las series que comenta en redes sociales, un buen trago de cazalla para entrar en calor en estos días gélidos.
El licor, que no necesita sellos para ser toda una denominación de origen, se lo va a enviar el alcalde de Cazalla de la Sierra (Sevilla), el socialista Sotero Martín, junto a un libro ( Cazalla de la Sierra, el país del aguardiente, de Salvador Jiménez) con la historia del producto y una carta como respuesta a un tuit con el que difundió las páginas de un libro: Mongo blanco, de Carlos Bardem. Porque, entre otras afirmaciones que el líder de Podemos consideró de interés, subrayó “la cazalla” (sic) a la que a continuación se refiere el autor como “ese pésimo brandi que se hace en Cazalla de la Sierra”.
“Los viñedos que producen ese veneno se plantaron por negreros españoles para producir en abundancia un brebaje barato que trocar por esclavos en los puertos de África”, puede leerse. En la carta también se le invita a visitar Cazalla y a conocer, además de los bellos paisajes y un conjunto histórico declarado BIC, cómo se siguen fabricando estos licores.
Y es que en el universo de las redes sociales, tan propicio para los agravios, la publicación –del 30 de diciembre y que contabiliza más de 400 retuits y 1.700 likes– ha provocado indignación o, como poco, sorpresa en el municipio de 4.700 habitantes, que lucha como tantos contra la despoblación poniendo en valor sus productos tradicionales y únicos y el turismo. Los sectores más conservadores han intentado alentar una declaración de persona non grata. De momento, el alcalde, “sin querer realizar un ejercicio de chovinismo trasnochado”, según le aclara, ha optado por enviar a Vicepresidencia un estuche de El Clavel –una de las marcas que perduran, junto a Miura, aunque desde el siglo XVII han funcionado hasta 67– para que el Iglesias compruebe la calidad del producto que lo ha hecho conocido y juzgue por sí mismo, si gusta. El lote saldrá de la localidad de la Sierra Morena de Sevilla este mismo lunes.
En la misiva se le aclara que las afirmaciones que se hacen sobre el cazalla son “gratuitas y carentes de base”, con un reproche al propio Bardem que, dice el alcalde, parece que “fuera un reputado experto. Desconocíamos que, entre las múltiples virtudes del polifacético artista madrileño (actor, escritor, guionista…), figurara también la de consumado sumiller”.
Su afirmación de que los viñedos de Cazalla de la Sierra los hubieran plantado “negreros españoles” tampoco es correcta: “Si hubiera profundizado habría conocido que fueron cepas procedentes de estos parajes de la Sierra Norte de Sevilla las que viajaron a América, dada la calidad que ya atesoraban los caldos de esta zona. De ello da fe Miguel de Cervantes en El licenciado vidriera y La entretenida”, se señala en la carta.
El regidor está convencido de que la polémica no hubiera sido tanta si el propio Pablo Iglesias no hubiera subrayado con rotulador verde f luorescente, junto a una lista de reyes y próceres que estuvieron vinculados a compañías esclavistas, la expresión “la cazalla”. Ya el género está mal utilizado, porque es un cazalla. En cualquier caso la referencia de la novela de Carlos Bardem se desconocía en Cazalla o quien la leyó la tomó como una licencia literaria, hasta que Pablo Iglesias la difundió.
El Ayuntamiento aclara que las afirmaciones del libro de Carlos Bardem no tienen fundamento