Cristina Pedroche deja en el aire si vuelve a las campanadas
Cristina Pedroche ha insistido en este lunes en Zapeando, su primera aparición tras la Nochevieja, que su vestido de pedrería y organza era “un homenaje a las mascarillas”, no era una mascarilla en sí, una labor del taller de Pedro del Hierro que se vio añadida a las dificultades para colocar después los micrófonos, con unas mini-petacas, o la sujeción en dos breves tirantas de un vestido que tenía unos siete kilos de peso, como ha agregado el estilista de la presentadora, Josie. El modelo elegido enseguida despertó memes y comentarios en las redes. Tanto el edredón, alegoría del confinamiento, con un centenar de metros de seda reciclada, con el que se cubría, como con ese vestido mini de cristales y las botas, color arsénico.
Sobre el precio de este vestido, dado sus materiales y horas de trabajo, Josie no ha querido dar una cifra concreta ya que el artesano, Johan Luc Katt, con técnicas muy especializadas de bordado, podría pedir cualquier cifra dado lo valioso de su trabajo. El estilista ha comentado que más que el valor de la confección en sí, ese vestido tiene ahora un prestigio añadido ya terminado. De hecho el manchego dice que es el modelo del que está mas orgulloso de todas las campanadas y con el que ha trabajado de forma más efectiva a lo largo de estos meses. Un trabajo “con callo” en el equipo.
Sobre si volverá a dar las campanadas, Cristina Pedroche ha dejado en el aire el reto. Ella, recordó, tiene contrato de cadena con Atresmedia y va a cobrar igual si sale como si no sale en Nochevieja, pero feliz con los 6,1 millones de espectadores que siguieron la retransmisión pese a las críticas y comentarios negativos.