Los casos globales ascienden a 85,5 millones pero la curva sigue estabilizada
La OMS reclama flexibilidad “segura” al administrar la vacuna para que pueda llegar a más gente Insta a redoblar los esfuerzos para controlar las nuevas mutaciones del virus
La Organización Mundial de la Salud (OMS) registró ayer 586.000 nuevos casos de Covid-19 en el mundo, por lo que el total desde el inicio de la pandemia asciende a 85,5 millones, aunque la gráfica se mantiene estable y las cifras diarias siguen siendo en general más bajas que a finales de diciembre.
Los fallecidos en la pandemia ascienden a 1,86 millones, 11.600 registrados ayer, según las estadísticas del organismo con sede en Ginebra.
América suma 37 millones de contagios y 889.000 fallecidos, mientras que Europa acumula 27 millones de casos y superó ayer la barrera de las 600.000 muertes, sin que haya indicios claros de repuntes posnavideños en ambos continentes, los más afectados tras un año de pandemia.
A nivel nacional sí que hay algunos países con gráfica ascendente, principalmente el Reino Unido, en clara tercera oleada tras la aparición de una mutación del coronavirus más contagiosa.
Otros países en la lista de más afectados en casos absolutos con una curva ascendente son Colombia y Argentina, con cifras diarias que en el caso colombiano ya superan a las de su primera gran oleada de julio y agosto, mientras que en el territorio argentino aún no las alcanzan.
EEUU se mantiene en todo caso como el país con más casos confirmados (20 millones), seguido de la India (10 millones), Brasil (7,8 millones), Rusia (3,3 millones) y el Reino Unido (2,7 millones). Les siguen, con curvas estables y lejos de los récords de casos diarios de noviembre, Francia (2,6 millones) e Italia (2,1 millones).
Los pacientes recuperados en el mundo ascienden a 63 millones, y de los 22 millones de casos activos un 0,5% (108.000) se encuentran en estado grave o crítico.
Por otro lado, la OMS pidió ayer f lexibilidad “segura” al administrar la vacuna de PfizerBioNTech para que pueda llegar a más gente y aumentar las medidas contra las nuevas mutaciones del coronavirus.
El director regional de la OMSEuropa, Hans Kluge, señaló que la evidencia existente apunta a que el tiempo de administración entre las dosis puede ser más flexible de lo prescrito inicialmente por el fabricante y recordó que el Grupo Asesor Estratégico de Expertos ya recomendó demorar entre 21 y 28 días la segunda dosis.
“Es importante que una decisión así represente un compromiso seguro entre la capacidad global de producción limitada actual y la obligación de los gobiernos de proteger a tanta gente como sea posible para reducir la carga en los sistemas de salud de cualquier ola posterior”, afirmó en una rueda de prensa Kluge.
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha desaconsejado recientemente retrasar más de 42 días la segunda dosis de esa vacuna, ya que en las recomendaciones posológicas se especifica que la evidencia de su eficacia se basa en un estudio en el que la administración se realizó con 19 a 42 días de diferencia.
“Colectivamente, no podemos permitirnos dejar a ningún país o comunidad detrás”, afirmó Kluge, quien calificó de “vital” que los trabajadores sanitarios y los grupos de riesgo tengan acceso prioritario a la vacuna.
Kluge calificó de “prometedor” el inicio del proceso de vacunación en Europa y recalcó la importancia de que los países contribuyan a asegurar un acceso igualitario a ella.
La OMS-Europa, que tiene su sede en Copenhague, incidió también en la importancia de redoblar los esfuerzos para controlar la nueva mutación del virus aparecida en el Reino Unido por su mayor capacidad de transmisión, aunque la evidencia apunta a que no es más severa y que las vacunas serán efectivas contra ella.
“No hay ninguna indicación por el momento de que la vacuna no funcione contra las nuevas variantes, sino que hay una prometedora evidencia de que sí lo hará”, declaró en la comparecencia digital Siddhartha Datta, experto de la OMS, que resaltó no obstante la necesidad de realizar más estudios y de vigilar de cerca la evolución de la mutación del Reino Unido y de otras nuevas variantes.
Kluge urgió a los países a hacer “todo lo posible” para reducir la transmisión y aumentar el control para identificar las nuevas variantes.