Los docentes piden la revisión de los protocolos ante el frío en las aulas

● La Junta de Personal Docente plantea el refuerzo de la calefacción y también medidores de CO2 y purificadores de aire

La vuelta a las clases tras las vacaciones navideñas viene fuertemente marcada por las bajas temperaturas. El curso empezó con el reto de la implantación de los protocolos para prevenir los contagios y junto al uso de mascarillas y las medidas higiénico sanitarias, la ventilación de los espacios es uno de los grandes ejes para garantizar la seguridad.

Ahora, con el segundo trimestre recién comenzado el desafío está en el equilibrio entre las medidas sanitarias para evitar los contagios por aerosoles y el frío que entra por las ventanas para ventilar los espacios y renovar el aire. El pasado lunes la Federación de asociaciones de madres y padres de alumnos (Fampa) en Huelva remitió a la delegada provincial de Educación, Estela Villalba, una carta solicitando medidas de “carácter urgente” para contrarrestar los rigores de este invierno particularmente gélido. Ayer, la Junta de Personal Docente de Huelva solicitaba la revisión y actualización de los protocolos en las aulas “para la vuelta [a las clases] por la bajada de temperaturas y también ante la tercera ola” de la pandemia de coronavirus. A través de un comunicado, los representantes de los profesores en la Delegación de Educación aseguraban que “hay centros que sufren temperaturas en las aulas por debajo de 17ºC, que son aún más bajas en colegios con deficientes sistemas de calefacción y bajas temperaturas exteriores”. La Junta de Personal plantea que se deben “reforzar los sistemas de calefacción en las aulas” con estufas portátiles y, al igual que la Fampa, dotar a los centros de medidores de CO2 y purificadores de aire con filtro HEPA –también solicitados por el sindicato CSIF–.

Los docentes hacen referencia también a unas declaraciones del consejero de Educación, Javier Imbroda, que aludía a las últimas recomendaciones de l a Consejería de Salud enviada a los centros el pasado diciembre en torno a la ventilación. En ellas, se plantea la posibilidad de, según las circunstancias, abrir las ventanas de las aulas en los cambios de clase si las temperaturas no permiten una apertura continua. Respecto a este punto, la Junta de Personal considera que “está muy alejada de ser una actuación recomendable en estos momentos de incidencia al alza de Covid, que hacen que resulte imposible mantener unas condiciones de temperatura y humedad aceptables dentro de las aulas sin poner en riesgo la salud de nuestro alumnado y profesorado”.

Desde la Delegación de Educación su titular, Estela Villalba, ha manifestado que en el curso actual “hay que sacrificar el confort

Educación defiende la prioridad de la seguridad ante el contagio sobre el bienestar térmico

térmico y la eficiencia energética por las medidas de seguridad ante el Covid”. Respecto a los filtros HEPA que demandan diferentes agentes educativos, Villalba explica que “ningún estudio científico garantiza su fiabilidad, por lo que pueden crear una falsa sensación de seguridad muy perjudicial para el alumnado y no sustituye la ventilación natural”.

La delegada hizo referencia también a esas recomendaciones de la Consejería de Salud y Familias que se transmitieron a los centros el pasado diciembre a través del sistema Séneca, que a su vez profundizaban en el documento Medidas de Prevención, Protección, Vigilancia y Promoción de la salud Covid-19 del pasado 20 de junio.

En dicha actualización se indica que “la frecuencia y pautas de ventilación deberá ser adaptada” a las características concretas de cada aula y a otros aspectos como el aforo, las dimensiones, las condiciones de viento, la actividad que se lleve a cabo en cada momento y el quid de la cuestión, las condiciones climatológicas.