Huelva Informacion

Olivos, espárragos y NINFAS

El municipio granadino de Salar trabajará para que tras la pandemia los andaluces puedan conocer la villa romana, una de las más importante­s y mejor conservada­s de la Bética

- Andrés Cárdenas GRANADA

Lo da el suelo del Salar: olivos, espárragos y villas romanas con venus desnudas que se tapan con las manos sus partes pudendas. Por eso, desde hace un tiempo Armando Moya, alcalde de este municipio granadino, tiene un lamento prendido en el ánimo. Es un lamento perenne que se ha instalado en su alma. “Nunca debí haberlas dejado marchar”, me decía el otro día cuando fui a visitarlo. La queja era parecida a la de un padre que les da permiso a sus hijas para llegar tarde a casa y luego no aparecen porque alguien las ha retenido. Se refería Armando a las venus encontrada­s en la villa romana allí descubiert­a, que se las llevaron al Museo Arqueológi­co de Granada y ya nunca volvieron al pueblo en el que las encontraro­n. Por eso dice que cuando piensa en ello se pone triste. “Hoy se habla mucho de la España vaciada, de núcleos rurales que se quedan vacíos porque no tienen que ofrecer nada. Y nosotros que habíamos encontrado algo por lo que valía la pena visitar el pueblo, nos lo quitan. Eso no es de recibo”, me decía Armando el otro día. El alcalde del Salar es de Izquierda Unida, pero eso es lo que menos importa. Gasta un sentido común impecable. Sus razonamien­tos son los que dan que pensar. Es verdad lo que dice. Hay una contradicc­ión enorme entre lo que quieren las institucio­nes y lo que hacen las institucio­nes. Quieren que los pueblos no se queden vacíos, pero cuando hay algo de interés en ellos se lo llevan, los dejan sin contenido.

Ya pasó con la dama de Baza. No sé si se acuerdan. Fue en julio del 71. La encontró el arqueólogo español Francisco Presedo. O uno de su equipo que estaba con la piqueta y golpeó algo duro en el suelo. Quitaron la tierra y apareció una cabeza pintada entre la tierra. La estatua representa una figura femenina sentada y es un conocido ejemplo de una escultura realizada por los bastetani, un pueblo antiguo que vivió en Iberia antes de la llegada de los romanos. En Elche había aparecido otra de similares caracterís­ticas. Enseguida la estatua y todos los ornamentos aparecidos fueron trasladado­s al Museo Arqueológi­co de Madrid. Medio siglo llevan ya los bastetanos reclamando la estatua que se encontró en su suelo. Hasta ahora sus reclamacio­nes solo se han encontrado con evasivas.

LA VILLA ROMANA

Salar es un municipio que vive sobre todo del olivo y de los espárragos. Y desde hace unos pocos años quiere vivir también del turismo que puede provocar el que se haya descubiert­o allí una villa romana.

La historia de ese importante descubrimi­ento arqueológi­co es muy parecida a la de cualquier otro. Resulta que el Ayuntamien­to quería construir una depuradora para el pueblo en un paraje denominado el Canuto, popularmen­te conocido como la Revuelta de Enciso. Allí enviaron a un hombre con una excavadora para alisar el lugar y hacer los cimientos. El conductor de la excavadora se dio cuenta de que en las paladas de tierra que sacaba había pequeñas teselas que brillaban con la luz del sol. Lo dijo en el Ayuntamien­to y se originó un debate sobre qué hacer, si parar las obras y ver de dónde salían esas teselas o seguir con el trabajo para construir la depuradora. El debate no fue baladí. Al final ganaron los que creían que se debía investigar lo que había debajo de aquella tierra que se estaba removiendo.

Está claro que si en vez de una obra pública hubiera sido una obra privada, tal vez hoy no se sabría que allí había una villa roma

El Ayuntamien­to ha iniciado los trámites para proteger el hallazgo como BIC

na. Hay una tendencia generaliza­da de los constructo­res privados de no alertar de hallazgos del pasado por miedo a la paralizaci­ón sine die de las obras.

El primer año de trabajos arqueológi­cos, en 2006, se pudo ver que la excavadora había dañado de manera irrecupera­ble parte de un mosaico de una importante villa romana, aproximada­mente del siglo I después de Cristo. Pero también se descubrió que aquel yacimiento prometía. En los años siguientes se descubrier­on varios mosaicos más que pertenecía­n al pasillo de la vivienda a algunos departamen­tos. Son mosaicos policromad­os con escenas mitológica­s relacionad­as con la caza y el mar. “Cuando llueve y se mojan las teselas, los mosaicos están preciosos”, dice Eva Pacheco la técnica encargada de enseñar el yacimiento arqueológi­co a los visitantes.

Según Eva, la villa descubiert­a debió de pertenecer a una familia importante por el espectacul­ar ambiente decorativo que engalana las estancias hasta ahora descubiert­as. Además del peristilo o patio central, se han descubiert­o restos de lo que fue un comedor principal o triclinio que tiene en la cabecera un original ninfeo, que es una fuente dedicada a las ninfas.

Los periodos de excavacion­es solo son en verano. El alcalde está convencido de que en los próximos años se encontrara­n nuevos elementos que confirmen que la villa romana de Salar es una de las más importante­s y mejor conservada­s, no sólo de la Bética, sino de toda la península ibérica.

LA POLEMICA DE LAS VENUS

Hasta ahora, entre los objetos más importante­s encontrado­s son las tres venus, dos de las cuales se encuentran en el Museo Ar

Destacan los mosaicos policromad­os con escenas mitológica­s sobre la caza y el mar

La villa debió pertenecer a una familia pudiente por el espectacul­ar ambiente decorativo

queológico de Granada. Son dos estatuas que se hallaron en 2011 entre los muros de la construcci­ón y que el municipio entregó a regañadien­tes al museo de la capital. En 2017 Salar reclamó las venus para exponerlas y la Junta de Andalucía se las entregó en calidad de préstamo por un año. El Ayuntamien­to las colocó en el centro de interpreta­ción que tiene en las dependenci­as municipale­s. “Tuvimos casi 3.000 visitas. Nos dimos cuenta de que la gente venía a ver las venus y que esas personas dejaban dinero en el pueblo. Habíamos encontrado una manera de dejar de ser invisibles en el mapa de la provincia”, dice el alcalde.

Pero la Junta les reclamó las venus bajo amenaza de exigir la acción de la Fiscalía y una denuncia por apropiació­n indebida, pe

1. Salón prinicipal de la villa romana. 2. Visitantes a la zona del hallazgo, un solar en el que se iba a construir una depuradora. 3. La venus púdica encontrada en Salar se encuentra en el centro de interpreta­ción de Salar. 4. Uno de los mosaicos descubiert­os. 5. El alcalde del Salar observa el mosaico principal de la villa. se a que fue el municipio granadino el que sufragó los trabajos que permitiero­n el hallazgo de las piezas. “No estábamos de acuerdo, pero teníamos que acatar la decisión. Habíamos puesto nuestra esperanza en que se quedaran aquí, pero se las querían llevar a toda costa. Su justificac­ión es que el municipio no estaba lo suficiente­mente protegido para albergar las piezas. Preferían tenerlo en un museo que estaba por entonces cerrado al público que aquí”, añade el alcalde.

El pueblo tiene unos 2.600 habitantes. Pues prácticame­nte la mitad salió a la calle para pedir que las esculturas no abandonara­n la localidad y realizar una defensa de su patrimonio, además de denunciar la injusticia que entendían se estaba cometiendo contra ellos y contra la propia villa romana, en la que el pueblo había puesto sus esperanzas para dinamizar su economía local.

Según los expertos, el valor de estas obras de arte romano es incalculab­le. La primera venus capitolina de la que se tiene noticia fue desenterra­da en la colina romana de Viminal a finales del siglo XVII. El papa Benedicto XIV la adquirió y fue trasladada a los museos capitolino­s, donde permanece. Se supone que este tipo de figuras son una adaptación de la Venus de Praxíteles, escultor griego del siglo III antes de Cristo. En la Roma clásica, las familias pudientes adquirían copias para decorar sus villas.

La familia que ocupó la villa romana del Salar debió ser muy importante, segurament­e de un ‘dominus’, que era como un aristócrat­a del imperio romano. Además de las dos venus que tiene el Museo Arqueológi­co en 2018 se encontró una tercera venus que está en las vitrinas del centro de interpreta­ción del Ayuntamien­to. Está en muy bien estado de conservaci­ón, aunque le faltan las piernas. El alcalde me dice que es una venus púdica. Las venus púdicas eran los motivos artísticos más típicos de la Antigüedad Clásica. Se representa­ba a la diosa en el preciso instante de cubrirse los senos y el pubis, en actitud de recato, como si la hubiéramos sorprendid­o en el momento del baño o de vestirse. A esta le falta el brazo derecho y con la mano izquierda se está tapando el pubis. “Esta no se la llevan de aquí ni si vinieran con metralleta­s”. advierte el alcalde, que cree que si declaran la villa romana Bien de Interés Cultural, como ha pedido el Ayuntamien­to, sus venus, sus niñas a las que le dio permiso para salir, vuelvan definitiva­mente a su casa.

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RPO. GRÁFICO: ANDRÉS CÁRDENAS 3
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