La provincia tiene garantizada el agua salvo en la Sierra
Mientras en la mayor parte del territorio la garantía del agua es bastante elevada no es así en la Sierra, que también sufre carencias en saneamiento y depuración
Abrir el grifo y que fluya el agua potable. Un gesto simple y fácil que aprendemos desde niños, que marca diariamente nuestras vidas y cuya enorme importancia solo apreciamos realmente cuando el agua no sale.
Una cómoda acción que oculta tras de sí una gran complejidad de la que forman parte una tupida red de tuberías, válvulas, codos, bombeos y otras muchas infraestructuras hidráulicas. Están destinadas básicamente al delicado transporte de un elemento como es el agua, desde los puntos de acopio hasta todos y cada uno de nuestros hogares.
En Huelva, esa tupida red de infraestructuras se extiende por cada rincón de la provincia, dependiendo de su mayor o menor densidad el nivel de la garantía del suministro de agua potable en cada comarca. De ello se desprende, de forma muy nítida, dónde están la cara y la cruz en la materia.
El agua bruta destinada al abastecimiento doméstico –o de boca– en Huelva, cuya gestión es competencia de la Administración autonómica, es en su inmensa mayoría de agua superficial procedente de los principales embalses de la provincia salvo en la comarca de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, Matalascañas y El Rocío, donde es extraída de acuíferos subterráneos.
La empresa pública Giahsa es el principal suministrador de agua bruta para consumo doméstico. Abastece 37 hectómetros cúbicos al año para una población aproximada de 370.000 habitantes. Las únicas excepciones están en la capital, donde se superan los 10 hectómetros cúbicos para sus aproximadamente 140.000 habitantes, así como en los municipios y núcleos de población de Hinojos, El Rocío, Matalascañas, Corteconcepción, Arroyomolinos de León y parte del término de Cortegana.
Las principales fuentes para el suministro de agua bruta en la provincia son tres: el sistema de los embalses Chanza, Andévalo y Piedras; el de la presa del Corumbel y finalmente el de la del Jarrama.
El primero distribuye el agua a través del Canal del Piedras a Huelva capital y las comarcas de la Costa Occidental, Andévalo y Campiña, y cuenta con cinco plantas de tratamiento o Estaciones de Tratamiento de Agua Potable (ETAP): una situada en Lepe para toda la comarca de la Costa Occidental, que trata 1.100 litros de agua por segundo; otra en Aljaraque, que suministra a esta localidad, Punta Umbría y Gibraleón, y que tiene capacidad para el tratamiento de 500 litros de agua por segundo; otra en la capital provincial, con capacidad para 600 litros de agua por segundo; otra en Moguer, destinada al abastecimiento de buena parte de la comarca de la Costa Oriental –Moguer, Mazagón, Palos de la Frontera, San Juan del Puerto, Trigueros y Beas– y que tiene capacidad para tratar 350 litros de agua por segundo; y finalmente otra en Puebla de Guzmán, con capacidad para tratar 200 litros de agua por segundo y que abastece a toda la comarca del Andévalo.
El segundo gran sistema, el del Corumbel, que distribuye agua por todo el Condado, está interconectado con el anterior. Eso permite en estos momentos suministrar agua a dicha comarca gracias a una transferencia a través de las balsas de Lucena del Puerto, ya que el embalse del Corumbel se encuentra bajo mínimos.
El sistema del embalse del Jarrama, abastece a la Cuenca Minera –hasta el municipio de Valverde del Camino, inclusive–, a través de la ETAP situada en el Alto de la Mesa del término de Minas de Riotinto.
Toda esta infraestructura hidráulica tiene un nivel de garantía de suministro muy elevado. Actualmente entre sus principales carencias está el tratamiento de agua potable en los municipios de San Silvestre de Guzmán, Villablanca, Sanlúcar de Guadiana y algunas aldeas y puntos diseminados de El Almendro.
Otra de sus carencias, quizás la más importante, es la acuciante necesidad de acometer las obras destinadas a desdoblar el Túnel de San Silvestre, que supone un cuello de botella que limita la capacidad de transportar agua bruta desde los principales embalses de acopio del sistema Chanza, Andévalo, Piedras, hasta los puntos de destino.
Igualmente está pendiente la subsanación de algunas deficiencias técnicas en la infraestructura de bombeo que abastece la ETAP de Puebla de Guzmán, actualmente abordadas por Giahsa y por los alcaldes de los municipios afectados, que han puesto en conocimiento de la Junta de Andalucía y del Gobierno de España la necesidad imperiosa de recepcionar definitivamente las obras que para
subsanar dicho problema se han acometido recientemente.
Pero a pesar de todo lo anterior, la cruz de la provincia en materia de tratamiento y potabilización de agua está en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, una comarca con 40.000 habitantes distribuidos en 29 municipios y en las numerosas aldeas que salpican dicho territorio.
Y es que en esta zona la red de infraestructuras hidráulicas es muy precaria, cada localidad se abastece de forma independiente mediante sus propios pozos y depósitos. Aquí el abastecimiento es muy atomizado y dividido, sin interconexión entre los sistemas de cada localidad. Por ello, la garantía de suministro es muy baja. Esto provoca que se produzcan periódicamente episodios que incluso dificultan el mantenimiento del abastecimiento de agua, que se realiza mediante camiones cisterna. Entre los casos más recientes se encuentran en los últimos veranos, coincidiendo con periodos más secos, Santa Olalla del Cala, Cala, Encinasola, Cortelazor, Mina Concepción o El Patrás.
La propuesta que hay sobre la mesa para poner fin a esta situación es la conclusión del Anillo Hídrico de la Sierra, que se centra en la interconexión de los sistemas de abastecimiento más importantes de la comarca, incluyendo más adelante el suministro desde el embalse de Aracena. Dicho anillo permitirá contar con un sistema que ofrecerá mucha más garantías de suministro. Su ejecución pasa por cuatro fases. La primera está destinada a la interconexión de los sistemas de la zona oriental de la comarca –Aracena, Puerto Moral e Higuera de la Sierra–, en proceso para la licitación de las obras.
La segunda contempla el tramo entre Aracena y Jabugo, en proceso de proyecto técnico, que está redactado y entregado a la Junta de Andalucía.
La tercera pasa por la construcción de una ETAP y el proyecto, que también incluye las infraestructuras necesarias para la captación a agua y los ramales para su distribución. Está en proceso de licitación de la redacción del proyecto.
La cuarta y última fase para concluir definitivamente el anillo pasa por la interconexión de los núcleos de población más periféricos de la comarca al nuevo sistema surgido de las anteriores fases.
La conclusión del Anillo Hídrico de la Sierra es la clave para su abastecimiento