Gratos recuerdos

Voy a retroceder al pasado para poner en valor a la mayoría de jugadores que pasaron por la sede de la peña recreativista del Molino; unos quedaron en la memoria por su técnica depurada y otros porque ponían todas sus ganas en hacer una buena labor conjunta. Mi saluda va por ellos, sabiendo que una obra como la que tenían en sus manos no podía llevarse a cabo sin fusionar los dos factores antes citados. La peña fue el lugar que me llevó a conocer la faceta y capacidad que adornaba a cada uno. Fueron años de darles a conocer lo que implicaba para ellos pertenecer al Decano, que era una etapa importantísima en la historia de sus ambiciones; llevar su escudo en el pecho con total entrega era pasaporte al triunfo seguro, lo contrario era pasar al anonimato. Eso significaba pertenecer al equipo onubense pasara por la categoría que pasara. Tuve ocasión de conocer a sus familias, que admiraban a Huelva por el cariño que esta ciudad demostraba a los suyos; mi respuesta era que, aquí, el que sudaba su camiseta y besaba su escudo era un hijo de la tierra más. Pasaron buena gente, tanto entrenadores como jugadores de plantilla. Mi historia va ligada al Recre desde el Viejo Velódromo hasta los momentos presentes, llenos de dudas por la pandemia y por esos puntos perdidos. En tiempos de descuento puede que aún se corrijan los errores que se han cometido. El equipo no ha sabido ver que ponerse el mono de trabajo era la mejor arma para llegar a la afición que, como siempre, ha sido lo mejor. El jugador número 12 se ha dejado sentir por su ausencia. A mis ochenta y siete años, ¿qué me queda por ver en este Recre? Juan Romero Márquez