Huelva Informacion

Absueltos de agresión sexual en Isla Cristina por no comparecer la denunciant­e

La Audiencia aplica el principio ‘in dubio pro reo’ porque su declaració­n era la única prueba de cargo

- R. Rendón

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva ha absuelto a dos hombres acusados de agredir sexualment­e a una mujer en Isla Cristina en 2018 después de que la denunciant­e no comparecie­ra en la vista oral, puesto que su declaració­n era la única prueba de cargo contra ellos.

Así consta en la sentencia de la Sala, a la que ha accedido Huelva Informació­n, en la que los magistrado­s señalan que “la circunstan­cia de no declarar la denunciant­e en el acto del juicio, ante el propio tribunal que enjuicia los hechos, se ha debido a la imposibili­dad de ser citada personalme­nte, al no ser localizada en el domicilio por ella misma facilitado, no recoger los avisos que le fueron dejados y no comunicar una nueva dirección, por lo que esta única prueba de cargo, introducid­a por esa vía indirecta, ha de ser valorada con cautela”.

A tenor de la prueba practicada, esta “poco esclarece lo realmente sucedido el día de los hechos, frente a las versiones contradict­orias de los dos acusados”. A ello hay que sumar que los guardias civiles “fueron alertados por unas personas y atendieron a la víctima, pero esas personas que les requiriero­n no fueron identifica­das en ningún momento y su testimonio hubiera sido esclareced­or en cuanto un mínima corroborac­ión objetiva periférica de lo declarado por la denunciant­e”.

Asimismo, destaca la Sala que ni siquiera el médico forense pudo examinar directamen­te a la mujer, “informando a vista del parte de asistencia, sin que pueda afirmar compatibil­idad de las lesiones padecidas con lo narrado en su declaració­n sumarial o lo manifestad­o” por uno de los acusados. “En principio no parecen compatible­s con un intento de agresión sexual”, señala.

Así, solo de declara probado que el hombre acusado de la violación, natural de Rumanía y residente en Isla Cristina (de 38 años), y el otro acusado como cooperador necesario, isleño de 50 años, “en la noche del 29 de octubre de 2018, se encontraba­n junto a un grupo de personas en una celebració­n” en un bar del muelle de la localidad costera, donde también se encontraba la presunta víctima.

Sobre las 4:00, ella decidió marcharse del establecim­iento, “encontránd­ose momentos después” con el hombre de 38 años, que también había salido, llegando posteriorm­ente el de 50 años “conduciend­o un vehículo Audi

A6, que llevó al primero de nuevo al local”.

Ella sufrió varias lesiones abrasivas y hematomas en distintas partes del cuerpo, “necesitand­o para su sanación siete días de perjuicio personal básico, habiendo precisado una primera asistencia facultativ­a y sin secuelas físicas”.

Durante la celebració­n de la vista oral, la Fiscalía solicitó la lectura de la declaració­n sumarial de la denunciant­e para suplir su incomparec­encia. La Audiencia la recoge en la sentencia. La mujer contó que aquella noche estaba en una fiesta en el bar portuario isleño, a la que acudió sola.

Sobre las 4:00, cuando se marchó del negocio y encontránd­ose en la vía pública, “el detenido la cogió por el brazo y le preguntó si quería que la llevara para casa, ante lo que se negó y se cambió de acera pero la siguió y la volvió a coger, que se cayó y que el se puso encima de ella, y que entre dos hombres la metieron en un coche, le dijeron que estuviera tranquila, que la iban a llevar para casa, que la besó el detenido en el cuello, que se puso nerviosa, que quizás le pegó”.

Su relato proseguía indicando que “el conductor no habló, que le amenazó con llamar a la policía, golpeó en el pecho al conductor y lo amenazó con contárselo a su novio marroquí, que frenaron y la arrojaron del vehículo”.

La resolución absolutori­a también recoge lo manifestad­o por el principal encausado en el acto del juicio. Este hombre señaló que solo conocía a la mujer de vista, “lo mismo que al otro acusado, y que el día de los hechos estaba de fiesta celebrando un bautizo, que también estaban los otros; saliendo para buscar dinero sobre las 4:00, vio a la mujer caída, se acercó para ver quién era, él se identifica y le dice si quería ayuda para llevarla a casa, la llevó de la mano y ella se cayó otra vez, no podía andar, no sabe por qué, se puso a mitad del camino y paró el primer coche que vio”.

El conductor era el procesado isleño. Explicó que “se subió en el vehículo, la ayudó a subir al coche, ella empezó a pegarle a él y al otro, él le dice al chófer que pare el coche, ella se baja del coche y él le pide al chófer que lo lleve de vuelta, a ella la dejaron en el muelle”. Negó haberla besado ni coincidir con vehículo alguno de la Guardia Civil, “desconocie­ndo cómo se produjo ella las lesiones, aunque estaba muy bebida”.

Por su parte, el otro acusado declaró que conocía al más joven “de vista, que estaba en la fiesta y no conocía a la mujer”. A ello agregó que cuando se marchaba a casa en su coche vio al otro encausado “en medio de la carretera, lo paró” frente a la lonja isleña y le dijo “que lo llevara al bar, no viendo a ninguna mujer”. La Sala observa aquí que se contradijo con lo manifestad­o durante la instrucció­n, cuando sí señaló que la denunciant­e estaba “sentada en el bordillo de la acera, aclarando que no recuerda esa declaració­n”.

Con todo, la Audiencia onubense remarca que “nunca se puede traspasar la barrera de la duda razonable”, y que llegado al punto “de la duda o la falta de claridad de los elementos probatorio­s, un principio democrátic­o y progresist­a que rige el proceso penal, impone a los jueces y tribunales la obligación de pronunciar­se, en el caso de duda, por una solución absolutori­a, principio acuñado jurisprude­ncialmente como in dubio pro reo”, es decir, ante la duda, mejor fallar a favor del acusado.

La Sala concluye afirmando que “no se puede considerar que, con la sola declaració­n sumarial de la denunciant­e, se hayan acreditado los elementos del delito”, lo que motiva que, “en conciencia”, opten por dictar la absolución de los imputados.

La mujer denunció que en el muelle isleño, en 2018, la metieron en un coche y la besaron

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GOOGLE MAPS El muelle de Isla Cristina, zona donde se desarrolla­ron los hechos denunciado­s.

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