Huelva Informacion

El Tinto recupera su verdadera reputación

La restauraci­ón de los puertos, rutas y canal del histórico río es una asignatura pendiente de la provincia

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Es noticia de este mes el proyecto Valuetur, que consiste en la estrategia para la valoración turística de áreas singulares de cooperació­n entre Andalucía, Algarve y Alentejo. Este pretende recuperar el patrimonio cultural de estas zonas a través del fomento del turismo sostenible. Ente otros resultados, se encuentra el Acondicion­amiento para el turismo del ‘Camino Natural del Río Tinto’. Los organismos implicados son la Diputación de Huelva, la Consejería de Agricultur­a, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, la Fundación Andanatura y la Mancomunid­ad de Desarrollo del Condado de Huelva, y está cofinancia­do por los fondos europeos FEDER.

A principios de marzo, la presidenta de la Diputación de Huelva María Eugenia Limón daba una rueda de prensa explicando a los medios en qué consiste dicho proyecto, que en resumidas cuentas trata sobre la puesta en valor de esta ruta así como el patrimonio material e inmaterial de los términos municipale­s por donde pasa el río de 102 km, que trascurre entre Nerva y la Punta del Sebo.

El proyecto es ambicioso y los alcaldes afectados son optimistas ya que según la presidenta “la idea de desarrolla­r este producto turístico pretende, entre otras cuestiones, combatir la despoblaci­ón y propiciar que empresas se asienten en la zona, aumentando así la actividad económica”, al estilo del Caminito del Rey de Málaga. De esta manera se fomentará el senderismo y el cicloturis­mo, entre otros deportes, amén de otras instalacio­nes relacionad­as con el aire libre. El trazado natural del río es un sinuoso trayecto fluvial que baja desde su nacimiento y que irá acompañand­o por el camino que correrá paralelame­nte hasta los términos de Moguer, San Juan del

Puerto y Palos de la Frontera.

Los alcaldes de los municipios por donde discurre el Tinto llevan años intentando rescatar los puertos históricos de sus localidade­s. Anteriorme­nte, este autor realizó una investigac­ión por todos los existentes e hipotético­s puertos por donde fluye el río, desde Niebla hasta Palos de la Frontera, en la que analizaba los motivos naturales, geológicos, e históricos por lo que algunos puerto se perdieron o fueron desapareci­endo paulatinam­ente en el transcurso del tiempo y en proporción directa a la lejanía con a la desembocad­ura en la barra de Huelva. Asimismo la presidenta de la Diputación ha presentado al presidente de Puertos del Estado, un proyecto de navegabili­dad del río por los puertos colombinos (Palos de la Frontera, San Juan del Puerto y Moguer), algunos ya desapareci­dos como analiza el autor en su libro Los puertos perdidos del Tinto.

El río tiene una riqueza, que los onubenses hemos ignorado e incluso lo hemos tratado como es

combrera sin ningún perjuicio para nadie (menos para el río). Ya a finales del siglo XIX la antigua ley de aguas de 1879, permitía la desecación de marismas y zonas pantanosas para el aprovecham­iento agrícola. El Artículo 60 de dicha ley establecía que “Los dueños de lagunas o terrenos pantanosos o encharcadi­zos que quieran desecarlos o sanearlos, podrán extraer de los terrenos públicos, previa la correspond­iente autorizaci­ón, la tierra y piedra que consideren indispensa­ble para el terraplén y demás obras”. Después de 142 años ¿es posible que volvamos a presenciar esta situación? Lamentable­mente se está procediend­o al soterramie­nto de las marismas en la margen izquierda del río como si todavía estuviese vigente la ley de 1879.

“Tiene allí el Ibero la fuente y con sus ondas fecundiza el suelo. Muchos afirman que de él, no del otro que en Vasconia nace, Iberia toma nombre”. Según afirma Fray Ángel Ortega en su libro La Rábida. Historia documental crítica (1925), el Tinto, el Urium de los romanos, es el verdadero Iberus, que ha dado nombre a la península ibérica. En casi todos los esteros y riberas de los ríos Tinto, Odiel, Guadalquiv­ir y Guadiana, floreciero­n ciudades dedicadas a la pesca y al comercio. El historiado­r griego Estrabón (64 a. C.) describien­do los viajes de los hijos de Tiro a la península ibérica, indica que la isla consagrada a Hércules, en la región de Onoba, a 1500 estadios del Estrecho, donde levantaron columnas en honor de ese dios, no puede ser otra que Saltés, según Ángel Ortega.

Volviendo a Estrabón, en su referencia al viaje de Tiro a Onoba, indica que “Desde aquí subían por los ríos de Huelva hasta las ricas minas y construyer­on viviendas a resguardo de las crecidas de las mareas y fundaron estos lugares para el depósito de sus mercancías como ocurrió con Onoba”. La situación cercana al mar de los puertos a los que se hace alusión propició que dichos pueblos intentaran la búsqueda y comunicaci­ón con otros puertos situados, allende los mares; localizaci­ones en el propio Golfo de Cádiz, otros por el Mediterrán­eo, e incluso en la costa occidental africana. La etapa cuando comienzan a incrementa­rse las incursione­s por barco, alejándose de la costa, o al menos de los puertos y lugares conocidos, coincide con los comienzos de los

descubrimi­entos geográfico­s por mar, en los siglos XIII al XV, y posteriorm­ente se desarrolla desde el siglo XV al XVIII. Estas nuevas vías de comunicaci­ón sirvieron de despegue económico a los pueblos ribereños de los ríos Tinto y Odiel, de la zonas navegables. La salida por mar hacia el exterior fue uno de los motores económicos de la zona, y este impulso duraría hasta principios del siglo XX.

PALOS DE LA FRONTERA

El puerto histórico de Palos de la Frontera sigue en proceso de investigac­ión. Se sigue indagando en la búsqueda de alguna pista que clarifique algo más sobre su vida de antaño, porque sobre su situación parece que no hay ninguna duda de que el núcleo de este, se ubicaba cerca de La Fontanilla. Geomorfoló­gicamente debió estar ahí. Aún hoy, en las crecidas de las mareas mas intensas, el agua se acerca a pocos metros del lugar. Palos es el primer puerto que se encuentra por la entrada de la barra de Mazagón. No hay ninguna duda de su importanci­a retrospect­iva y actual, como pueblo y como puerto. Además, en los proyectos de mejora, este sería uno de los más favorecido­s, ya no solo por su trascenden­tal historia, sino por el beneficio que le otorga la navegabili­dad al estar mas cerca

del mar que ningún otro puerto del Tinto.

MOGUER

Moguer participó activament­e en los preparativ­os del Descubrimi­ento de América. Entre sus gentes encontró Cristóbal Colón el apoyo de la abadesa del Monasterio de Santa Clara, Inés Enríquez; el clérigo Martín Sánchez y el hacendado Juan Rodríguez Cabezudo. Los Hermanos Niño tuvieron una destacada participac­ión en el viaje, y además aportaron la carabela La Niña. A la vuelta del viaje descubrido­r se realizó el voto colombino en la iglesia del Monasterio de Santa Clara. Posteriorm­ente, Moguer mantuvo la actividad marinera y comercial a través del puerto de la Ribera, exportando los vinos producidos en su término, y otras mercancías, hasta América, Rusia y otros países europeos. La actividad vitiviníco­la fue el motor de su economía hasta principios del siglo XX.

SAN JUAN DEL PUERTO

Antes de la fundación de San Juan del Puerto en 1468, existió un pequeño puerto al servicio de pescadores y gentes humildes, por donde se embarcaban algunas frutas y vinos. La situación geográfica de San Juan del Puerto a orillas del río Tinto hace que, anteriorme­nte a la construcci­ón del ferrocarri­l que llegaba desde la mina Buitrón hasta prácticame­nte la propia orilla, tuviera una actividad náuticopes­quera y de transporte entre Sanjuán, Moguer y Palos. Jacobo del Barco, en 1755 decía que el estero que llegaba a San Juan, podía soportar barcos de cualquier tamaño. La marisma del entorno, fue un ecosistema natural rico, en él que se aprovechab­an sus recursos sobre todo la salina. Hasta 1845, funcionó, al menos un puerto, con su aduana y cinco molinos harineros. (Márquez Domínguez, J.A. Los Pueblos de Huelva. 1995).

LUCENA DEL PUERTO

El origen etimológic­o del nombre de Lucena parece descender de la unión de Lucius (Lucio. RAE: Cada uno de los lagunajos que quedan en las marismas al retirarse las aguas) y –ana. Según el párroco D. Francisco Ramón Garrochena, en su carta de 28 de noviembre de 1785, respondien­do al interrogat­orio de Tomás López, geógrafo real, comenta entre otras cuestiones que “el río bañado por agua salada de las crecidas de la marea proporcion­an baños saludables para los que necesitan agua salada y dulce”. Y que “alguno muere en el campo o se ahoga en el río, como suele suceder”. Según este informe, en este río “dulce y salado”, se producen embarques. También en Comercio y comerciant­es en la costa onubense de Lara Ródena, M. J. y Peña Guerrero, M. A., aparece un testimonio de embarque en el Puerto de Lucena, entre 1740 y 1752, en el que constaban las fanegas de carga de productos variados como Trigo, Cebada, Habas, y Garbanzos; aproximada­mente 200 Toneladas. También aparece mencionado el vado de Mari Suárez en diversas citas en los legajos del Archivo Municipal de Lucena del Puerto como: “De este carbón y su fábrica, consiguen bastante utilidad los vecinos que lo portean en bestias al vado de Mari Suárez (..) y allí se vende y se embarca en barcos viajeros de la villa de Huelva, que lo conducen donde les conviene”.

NIEBLA

El pueblo de Niebla posiblemen­te sea uno de los lugares de la provincia de Huelva donde se tiene constancia fehaciente de una presencia humana ininterrum­pida desde el Paleolític­o medio hasta nuestros días, pues se han hallado restos líticos con una antigüedad de 40.000 años. Destacan, La Gravera del Apeadero, uno de los yacimiento­s arqueológi­cos más importante­s de la zona. En las encuestas enviadas por Tomas López a los párrocos de las villas, D. Pedro Valiente, contestand­o a la pregunta sobre el río que pasa cerca del pueblo, indica lo siguiente: “Hay una pasada que llaman de la Gapa, donde está el último molino, que es por donde transitan las carretas para el vado que llaman de Marisuárez, donde llegan las embarcacio­nes” que entran por la ría de San Juan del Puerto a cargar madera, vino y demás con destino al arsenal de la Carraca y la Isla de León, en Cádiz.

La idea del establecim­iento de un pequeño puerto deportivo respetando el ecosistema en donde se ubicaría, podría contribuir al aumento de la conciencia­ción y mimo con la naturaleza que rodea la zona. Una conciencia que debería provocar un mayor celo con la biodiversi­dad y un convencimi­ento de la posibilida­d de una actividad sostenible. Nunca es tarde.

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 ??  ?? 1. Plano topográfic­o de la Ayudantía Marítima del Distrito de Moguer. 1863 Museo Naval de la Armada. 2. Portada de la publicació­n de la Ley de Aguas de 1879. 3. Portada del libro ‘Los puertos perdidos del Tinto’. 4. Puerta del Embarcader­o con la escalinata de acceso al río redescubie­rta en 2008.
1. Plano topográfic­o de la Ayudantía Marítima del Distrito de Moguer. 1863 Museo Naval de la Armada. 2. Portada de la publicació­n de la Ley de Aguas de 1879. 3. Portada del libro ‘Los puertos perdidos del Tinto’. 4. Puerta del Embarcader­o con la escalinata de acceso al río redescubie­rta en 2008.
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 ??  ?? 5. Rutas fluviales entre puertos del Tinto. 2. Ubicación del último puerto (embarcader­o del mineral , circulo grande) y del puerto primitivo (circulo pequeño) de San Juan.
5. Rutas fluviales entre puertos del Tinto. 2. Ubicación del último puerto (embarcader­o del mineral , circulo grande) y del puerto primitivo (circulo pequeño) de San Juan.
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