TEMPLANZA
ENTRE los acontecimientos inexplicables que se viven en estos tiempos hay que añadir el deleite y fascinación que una buena parte de la audiencia siente por los seriales turcos, que han tomado así incluso el prime time de las principales cadenas. Relato lineal fácil de seguir, sobreactuaciones, ambientaciones encantadoramente cutres y situaciones previsibles para un público complaciente, han convertidos a las hijas, mujeres y otros loves orientales en una colonización televisiva inesperada. España elabora también eficaces seriales, que son como la práctica de spinning para la industria audiovisual. Esa vertiente de labor al por mayor ha permitido rentabilizar en medios e ingenio las producciones de más presupuesto e intenciones. Es decir, que para contar con El tiempo entre costuras, Crematorio o La casa de papel ha sido necesario contar con una cantera como la de Yo soy Bea, Arrayán o El secreto de Puente Viejo.
La Templanza es BBC clásica frente a los seriales turcos, pero aprovecha el tirón de las endebles ficciones de época para mostrar que está unos escalones por encima. Por esa razón va a ser un éxito en España y en el resto del planeta, en especial en América Latina. Gusta al gran público por ambientación cuidada y cosmopolita con un plantel de actores solvente, en especial por parte británica y con Leonor Watling en rampa de lanzamiento para otras producciones internacionales.
Romántica en todos los aspectos, Jerez sale muy favorecida, agrada verla, y el acento de actores como Emilio Gutiérrez Caba aportan verosimilitud a unos diálogos que en algunos retazos sufre de artificiosidad literaria.
Amazon Prime Video se puede permitir financiar esta ficción de ambición global con talento español (con gran presencia andaluza) a través de la mejor producción que ha brindado la experta Buendía Estudios. Su cabecera, tan de estilo turco, merecería más originalidad, pero precisamente la estrategia es atrapar, por hacerla reconocible, al público habitual de los seriales de aluvión.