El desplome del tráfico de petróleo arrastra al Puerto al octavo lugar
Los muelles onubenses son los que más sufren la parálisis de movimientos entre los diez más importantes La recuperación llegará a finales de año
El estropicio causado por la paralización del transporte aéreo y la consiguiente falta de salida para el tráfico portuario de petróleo, principal suministrador de toneladas al Puerto de Huelva, es más apreciable incluso si se compara con las estadísticas del resto de autoridades portuarias españolas; entre las diez más significativas, la de Huelva es la que más baja y de hecho casi multiplica por cuatro la bajada del conjunto de España que se queda en un 6,75% de pérdida, mientras que en Huelva sube al 25,83%. Eso ha motivado que Bilbao, Tarragona, Cartagena e incluso Las Palmas, le superen en una estadística que hasta no hace poco le aupaba hasta el quinto lugar; ahora es octavo.
No obstante, habrá que matizar que los dos primeros meses del año pasado, en especial el pasado febrero y también marzo, fueron especialmente positivos para el Puerto de Huelva. Con la pandemia todavía sin mostrar su cara más dura, los muelles del Puerto Exterior registraron unas cifras de récord. Este ejercicio, al compararlas saldrá perdiendo de una manera clara.
A pesar de los esfuerzos llevados a cabo por la Autoridad Portuaria de Huelva por diversificar sus actividades, el tráfico de graneles líquidos soporta la gran mayoría del volumen total de toneladas que se mueven por el Puerto. Sirva como dato que de las 1,37 millones de toneladas que se han perdido en los dos primeros meses del año, 1,12 corresponden a este capítulo, es decir, casi el 82%. Con un movimiento habitual de estos tráficos, Huelva lucharía con Bilbao por la cuarta plaza después de los inalcanzables Algeciras, Valencia y Barcelona, quienes pagarán este mes las consecuencias del bloqueo del Canal de Suez durante una semana.
En cuanto a los graneles sólidos, el otro apartado donde las toneladas se multiplican, Huelva vuelve a ser el mejor puerto andaluz y su descenso no es tan acusado como el resto, debido a su menor dependencia de los mismos.
Ni la mercancía general que experimenta una notable bajada del 21%, ni los contenedores que se dejan un 14%, salvan el comportamiento en estos dos primeros meses del ejercicio. Hay que acudir al comportamiento de las mercancías en tránsito que suben un 23% mientras que en el resto del país se dejan más de punto y medio, o en el buen comportamiento de los remolques de la línea con Canarias, para encontrar algún tipo de brote no tan negro como los anteriores.
Habrá que esperar a los próximos meses, cuando la pandemia del año pasado sí permite una comparación más concluyente, para adelantar previsiones de cierre del ejercicio y, por supuesto, seguir mirando al cielo y esperar que los aviones regresen.