BALANCEANDO
QUE el Decano se librara de Tercera en 2016 fue un éxito y un maravilloso milagro como lo fue un año después, ya con el club en manos municipales, partiéndose de dónde se partía. Que con Eurosamop estuviéramos con el agua al cuello en 2018 fue lamentable. Que se rozara el ascenso con Salmerón, pese a un play off de chiste y a convivir con minas dentro, fue maravilloso. Que cuando arrasó la pandemia se estuviera mirando al descenso fue tristísimo. Lo de este curso… mejor ni calificarlo.
Se puede reconocer el trabajo de la propiedad y del consejo en todo este tiempo, que no ha sido ni poco ni fácil, al mismo tiempo que se puede señalar que no hay justificación para los últimos fracasos deportivos. Se puede alabar la valentía, los avances en las cuentas y el amor por El Club de ambos y criticar asuntos relacionados con nuestra historia, con el estado de las instalaciones, con la falta de reflejo ante ataques de piojos resucitados, con el retraso del retraso del retraso (y así hasta el infinito) de la forense... y varias cosas más.
Con todo el cariño y el respeto que me merecen los que han dado (y siguen dando) la cara mil veces no se puede llamar cortoplacistas a quienes llevan trece años, trece, sin una alegría deportiva real y que sólo pedían ahora no descender, que era la única clave. Es inútil compararnos con otros equipos históricos para refugiarnos en lo difícil que es acertar o en que ni el dinero lo asegura todo. Vamos a ver: el Decano ha quedado octavo, de diez, en un grupo de aquella manera y haciendo un ridículo espantoso fuera de casa desde el primer día –y en casa más de una vez–. Claro que la supervivencia lo es todo, pero el balón manda desde siempre, sea eso justo o no. Y seguro que volverán los fieles y las ganas de Recre, pero será complicado vender ilusión con apenas un par de cambios de piezas o de roles. No digo que no se pueda; si todo queda así ojalá salga de maravilla que aquí todos queremos disfrutar con nuestro viejo Decano, pero entiendan a quienes, después de tantos años de penas y de esfuerzos inconmensurables, hoy están pidiendo guillotina y arrasarían todo con napalm si les dejaran (metafóricamente, no me sean). Aquello de “fútbol es fútbol”...