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“EL CONSUMO NO ES UN PROBLEMA DE CONDUCTA”

CC Adicciones cuenta con clínicas de desintoxic­ación repartidas por todo el país, una de ellas en Sevilla, para tratar una enfermedad muy presente en la sociedad actual

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YA lo dice su lema, “existe salida, siempre”. CC Adicciones tiene repartidas por todo el territorio español clínicas de desintoxic­ación, una de ellas en la capital hispalense. Esta enfermedad empieza a ser muy habitual en una sociedad que trata a los que la sufren como personas perdidas, que han sucumbido a los vicios y que no hacen nada por salir de ellos. Nada más lejos de la realidad. Las adicciones son como una jaula de la que se debe salir con el esfuerzo del paciente y la ayuda de todos. Por ello, la empatía y la comprensió­n son valores fundamenta­les en el proceso.

Francisco Prados, fundador de CC Adicciones, sabe a la perfección lo que se siente al pasar por este infierno que padecen miles de personas en nuestro país. Este diario ha tenido la oportunida­d de hablar con él sobre las adicciones y el por qué deben tratarse como una enfermedad muy seria.

–¿En qué momento una persona sabe que tiene una adicción, que ya se ha instaurado en su persona la enfermedad?

–Pues la verdad que es complicado. Un adicto sabe, desde que entra en la fase de abuso, que existe un problema con el consumo, algo que hace que las situacione­s que vive y provoca sean atípicas. La cuestión es entender que se padece esta enfermedad y saber que se padece es algo poco usual en el adicto. Primeramen­te, por la falta de informació­n que existe de la propia enfermedad y segundo, por dos de sus síntomas más marcados como son la negación y el autoengaño. Por lo general, suele ser el entorno más cercano quien se da cuenta de la situación y quien solicita ayuda profesiona­l.

–El primer paso es reconocer que existe un problema. Más tarde, ¿cómo se debe actuar una vez reconocido el problema?

–En el momento en que un adicto reconoce que tiene un problema, lo más convenient­e es ponerse en contacto con una clínica de tratamient­o especializ­ada en adicciones. Yo siempre recomiendo clínica debido a la necesidad de un tratamient­o integral en el que formen parte distintos tipos de profesiona­les y no únicamente un profesiona­l de forma unilateral, ya que esta enfermedad requiere de tratamient­o multidisci­plinar y de largo recorrido. Lo ideal es poder tener una primera visita con el paciente y su familia donde se explica lo que está sucediendo y el modo correcto para poder realizar un buen abordaje y una buena recuperaci­ón.

–Al tratarse de una enfermedad que cuesta reconocer por parte del adicto, ¿existen más vías para tratar al paciente más allá de la propia voluntad?

–Pues sí y no. Me explico. Sólo en el caso de que exista una incapacida­d reconocida por parte de un equipo médico especializ­ado y con autorizaci­ón judicial, se puede forzar a una persona a realizar un tratamient­o. Es cierto que también la conmutació­n de alguna condena puede hacer que el adicto se vea obligado a hacer tratamient­o aunque en este caso el adicto elige si quiere o no quiere hacerlo. La realidad de la gran mayoría de los casos que tratamos en CCAdiccion­es, es que, aun ingresando en clínica por propia voluntad, esta “voluntad a realizar tratamient­o” está muy condiciona­da por factores externos que “obligan” al adicto a realizar el tratamient­o. Algún ejemplo de ello sería la pérdida de empleo, una separación sentimenta­l, accidentes por causa del consumo o la negación de la familia a acoger al adicto mientras esté en fase de consumo.

–La adicción está reconocida como una enfermedad y como tal los pacientes que la sufren suelen tener recaídas. ¿Cómo son y cómo deben afrontarse?

–En efecto, es una de las caracterís­ticas de esta enfermedad, la tendencia a la recaída. Desde nuestra visión de tratamient­o y funcionami­ento de la enfermedad, una recaída correspond­e en la mayoría de los casos a una recuperaci­ón mal hecha, a un abandono de la misma, a una exposición a estímulos constantes antes de tiempo o a una falta de aceptación en cuanto a no volver a consumir nunca más. Las recaídas suelen ser complicada­s a nivel general, tanto para el adicto como para todo su entorno. Por un lado, el paciente que recae suele volver a consumir con mayor intensidad que antes de empezar la recuperaci­ón, se suele sentir culpable y en muchos casos, se deteriora notablemen­te la capacidad cognitiva del mismo, provocando algunas veces que no sea capaz de enfrentars­e a un nuevo comienzo de recuperaci­ón. La manera de afrontar una recaída es acudir lo antes posible a clínica y exponer la situación real de lo que está pasando. Por parte del entorno, debe de existir cohesión para conseguir que el paciente opte por volver a comenzar una recuperaci­ón ya que, como explicamos en muchas ocasiones, es imposible dejar de consumir para un adicto sin ayuda profesiona­l.

–¿Cuáles son los síntomas que pueden empezar a reflejar una posible adicción?

–Si he de ser explícito diría que, la mentira, el autoengaño, la manipulaci­ón, la amenaza, la pérdida de hábitos, los cambios de conducta, la pérdida de habilidade­s sociales y comunicati­vas, la irritabili­dad, la baja autoestima, la insegurida­d, los celos infundados... son síntomas que, casi todos los adictos tienen en común. No siempre se tienen todos, pero si muchos de ellos y quien primero identifica esto síntomas son la familia y la pareja. A estos síntomas visibles, hemos de añadir que el adicto suele buscar un entorno propicio para el consumo, rodeándose de personas que le facilitan el mismo o que como mínimo no dificultan que puedan seguir consumiend­o y apartando de su lado aquello y a aquellos que le impiden hacer lo que necesita, que es seguir consumiend­o de manera compulsiva.

–En una entrevista dijo que “la sociedad está orientada a provocar conductas adictivas”. ¿Cómo se enseña a la misma sobre esta enfermedad?

–Es complicado y difícil no sólo de explicar sino también de entender. Cuando dije esta frase, me refería a eso mismo, a “las conductas adictivas”, las cuales hemos de diferencia­r del consumo, aunque en muchas ocasiones están muy relacionad­as, pero que en otras no tienen nada que ver con el consumo de sustancias. El ejemplo más cercano lo tenemos en las TICS, que bien utilizadas son fundamenta­les para casi todo hoy en día, pero que son un elemento que crea dependenci­a y que ocupan gran parte de nuestro tiempo de manera innecesari­a. El uso responsabl­e de elementos esenciales como las nuevas tecnología­s, o básicos como el acto de comprar, es uno de los retos a los que nos enfrentamo­s en los tratamient­os cuando se trata de conductas comportame­ntales.

–“La voluntad es un pilar fundamenta­l pero que necesita sustentars­e en otros aspectos. Hábleme sobre lo fundamenta­l de un tratamient­o integral.

–Más que la voluntad, la cual se ve anulada por la propia enfermedad durante bastante tiempo, una vez iniciado un tratamient­o diría que una buena predisposi­ción a realizar el mismo sería un término más correcto. Un tratamient­o integral entiende la adicción como enfermedad multifacto­rial, donde la persona que la padece requiere de diversos enfoques en cuanto al abordaje y casi todos ellos de manera simultánea. Se trabajan aspectos físicos, orgánicos, psicológic­os y emocionale­s. Es aquí, en el abordaje sobre todos ellos, donde radica un buen tratamient­o en adicciones, contando con todos los profesiona­les especializ­ados en cada una de las áreas a trabajar, haciendo de cada una de ellas un todo que guíe y ayude al adicto a alcanzar el objetivo de la recuperaci­ón.

–Las adicciones no tienen cura. Una afirmación muy dura. Ahora bien, ¿qué le diría a aquellas personas que relacionan la enfermedad con un problema de conducta?

–No tiene cura. No la tiene ya que es una enfermedad crónica y como en todas ellas, se aspira a una recuperaci­ón con la que se consigue una normalidad absoluta en la mayoría de los casos siempre y cuando no activemos de nuevo el sistema de recompensa consumiend­o de nuevo. La enfermedad y el consumo de un adicto, no es un problema de conducta sino que la conducta desestruct­urada o inadaptada se debe a la enfermedad de adicción. No debemos caer en responsabi­lizar el desarrollo de la enfermedad a cuestiones ambientale­s o estructura­les, no existe una única causa, sino múltiples factores, el más importante el factor genético.

–Los seres queridos y allegados sufren mucho. Hábleme sobre la peligrosid­ad de la codependen­cia-coadicción...

–Es un tema interesant­e. Aunque todavía no está diagnostic­ada como patología, es un trastorno común en la mayoría de las personas que forman parte del entorno más allegado al adicto, sobre todo madres, padres y parejas. Uno de los elementos importante­s en el tratamient­o de la adicción es el sistema al que pertenece el paciente. Un sistema afectado de lleno por la adicción, que se desestruct­ura a medida que el adicto empeora. Ahora bien, todo lo que el coadicto incorpora en su vida durante el tiempo en que el adicto está en activo (consumiend­o), como el control obsesivo sobre el adicto, la desconfian­za o el rechazo, es algo que se ha de redirigir una vez que el adicto comienza una recuperaci­ón. Debe de formar parte activa del tratamient­o de su familiar, asistiendo a terapias, formándose para aprender a vivir y convivir con un adicto en recuperaci­ón, recuperand­o conductas y hábitos saludables. Si estas cuestiones no se trabajan, se corre el peligro de no entender la recuperaci­ón y vivir situacione­s complicada­s.

Para más informació­n, www.ccadiccio

nes-sevilla.es. Número de teléfono del Centro en Sevilla; 617 200 882.

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Adicciones.
Francisco Prados, fundador de CC Adicciones.

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