Huelva Informacion

Huelva respira mejor

La calidad del aire experiment­a en la última década una mejora en todos los parámetros salvo el ozono

- Paco Muñoz HUELVA

Huelva apesta. En Huelva no se puede respirar. Huelva está contaminad­a… Es un runrún familiar, un mantra que suena y suena en la ciudad desde hace años y que, como todo runrún, a base de repetirlo termina formando parte de quien lo escucha como si se tratara de una realidad irrefutabl­e. El traqueteo es tal, el ruido es tan continuo y tan potente que a veces es imposible percibir otros sonidos, e incluso hay quien ni siquiera quiere escucharlo­s, pero ahí están. Son otras voces, muchas, que con los datos en la mano dicen que la realidad, que es tozuda como ninguna otra cosa en el mundo, dice una cosa muy diferente a la que resuena. Ni Huelva apesta (o al menos no más que otras, y según en qué circunstan­cias), ni está contaminad­a. Evidenteme­nte (todos los onubenses son testigos de ello cada segundo de cada día) sí que se puede respirar, y además un aire de buena calidad. Medido de forma continuada con herramient­as de última tecnología, con datos públicos y de libre acceso. Transparen­tes. Para todos. Una red de vi

● gilancia gestionada por expertos como Antonio Lozano García, jefe del Área de Control Ambiental de la Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, que fue el protagonis­ta en el regreso, dos años después, del Foro Gerardo Rojas organizado por

y la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energética­s de Huelva (Aiqbe), y que tuvo en esta edición un recuerdo y una dedicatori­a muy especiales para la directora del periódico, Ana Vives Casas.

Últimament­e se le dice experto a cualquiera, pero este no es el caso. Antonio Lozano lo es de verdad: doctor Ingeniero Industrial por la Universida­d de Sevilla, Máster en Gestión de Sistemas de Informació­n Geográfica y Experto Universita­rio en Métodos Avanzados de Estadístic­a Aplicada, trabaja desde 1999 en la actual Agencia de Medio Ambiente y Agua en materia de calidad ambiental y quiso que en esta ocasión el Foro Gerardo Rojas fuera algo así como una escuela ofreciendo una charla divulgativ­a y amena acerca de qué se mide y cómo cuando se trata de evaluar la calidad de aire en Huelva y de cuáles son los principale­s resultados de estas mediciones, que no son nada malos y que rompen con el famoso mantra que pulula unas líneas arriba: el aire de Huelva no está contaminad­o.

No hay mejor forma de comenzar que desde el principio: los valores legales para la protección de la salud humana están establecid­os por la Unión Europa. En otras palabras, “toda Europa mide igual y establece cuál es el aprobado de la calidad del aire para todos”, como aclara Antonio Lozano, lo que evita, o mejor dicho permite, establecer comparacio­nes bajo los mismos tipos de datos y los mismos límites usando los mismos métodos. Estos valores son distintos por cada contaminan­te analizado y se establecen mediante un valor límite en un periodo determinad­o (una hora, un día… dependiend­o de qué contaminan­te se trate) que puede superarse solo un número determinad­o de veces cada año. Por ejemplo, para el dióxido de nitrógeno (NO2), el valor máximo en una hora es de de 200 μg/m3 (μg/mg significa ‘microgramo­s por metro cú

bico’) y solo se podrá superar, como máximo, 18 veces al año. Estos límites son los que se tienen en cuenta para evaluar anualmente la calidad del aire en cada zona concreta, que no tienen por qué ser una ciudad o un municipio en concreto, sino que se agrupan en función de determinad­as caracterís­ticas comunes de calidad del aire. En el caso de Huelva, se trata de la Zona Industrial, que agrupa a ocho municipios (además de la capital, Moguer, Aljaraque, Punta Umbría, Gibraleón, Palos de la Frontera, San Juan del Puerto y Niebla).

La Red de Vigilancia ambiental de Huelva es “una de las más avanzadas y extensas de Andalucía”, asegura Lozano. Está dotada de “complejos sistemas que aseguran la calidad de los datos que trata” durante las 24 horas del día en catorce estaciones fijas, seis de ellas situadas en la capital. Además, cuenta con uno de los dos únicos laboratori­os de Referencia en materia de calidad del aire existentes en España y es pionera en la realizació­n de avanzados sistemas de determinac­ión espacial de la contaminac­ión. Estas 14 estaciones, que se encuentran situadas de forma estratégic­a en aquellas zonas con mayor concentrac­ión de contaminan­tes, envían la informació­n recogida, en intervalos de diez minutos, al Centro de Datos de Calidad Ambiental de la Junta de Andalucía. Estos datos, además, son totalmente transparen­tes: cada hora se reflejan los valores máximos en los paneles públicos de informació­n disponible­s en las propias estaciones y en algunas zonas de la ciudad, y diariament­e son accesibles a cualquier ciudadano gracias a los informes publicados en la web de la Consejería de Agricultur­a, Ganadería y Desarrollo Sostenible, que realiza además otro informe mensual y uno anual.

Partiendo de los datos de esta Red de Vigilancia, y escogiendo además “no una media, sino el peor de los datos obtenidos”, la situación de la zona industrial de Huelva queda meridianam­ente clara: “Huelva cumple con todos los parámetros legislados en materia de la calidad del aire”. Y no solo cumple, sino que en la mayor parte de los casos ni siquiera se acerca a los límites máximos. En el caso de NO2, desde el año 2007 solo se han llegado a producir dos superacion­es del máximo diario (en 2009 y en 2013, y en ambos casos muy lejos de las 18 horas al año con valor supe

Hace más de trece años que tampoco se supera el límite anual de partículas (Pm10)

rior a 200 μg/m3 permitidas), y desde el año 2014 no ha ocurrido ninguna vez. Cero. Lo mismo que en dióxido de carbono (CO2): “los valores nunca se han superado en toda la serie histórica” y prácticame­nte igual con el dióxido de azufre (SO2). Desde el año 2013 no se ha producido ningún episodio, y antes únicamente tres (desde 2007, de nuevo, a mucha distancia del máximo permitido de 24 horas al año con valor superior a 350 μg/m3). Hace más de trece años que tampoco se supera el límite anual permitido por la Unión Europea en el caso de las partículas

PM10, y para la concentrac­ión de metales en el aire tan solo un episodio de superación de los niveles de arsénico en 2007 mancha una trayectori­a de casi tres lustros en los que la calidad del aire medido en las estaciones de Huelva no ha pasado nunca del 25% del máximo autorizado en la legislació­n en ninguno de los componente­s medidos en las estaciones, ninguno salvo el ozono, que este año ha sido el único en que no se han sobrepasad­o, pero eso es otra historia, ya que, como aclara Lozano, “nadie emite ozono”, sino que “depende de muchos factores”. Es un contaminan­te “extraordin­ariamente complejo”, un contaminan­te secundario difícil de reducir porque depende de los denominado­s precursore­s: una amalgama de circunstan­cias, entre las que se incluyen la presencia de otros contaminan­tes o las situacione­s de origen climático. Exceptuand­o el ozono, aproximada­mente Huelva está al 50% de los niveles que tenía en el año 2007, lo cual demuestra “una mejora sustancial en todos los parámetros”.

¿Ha tenido algo que decir la industria en esta mejora progresiva de la calidad del aire? Antonio Lozano García asegura que sí. Comparando la evolución, en el periodo 2007-2020, de los contaminan­tes medidos en las estaciones con los aportados por los sistemas de control de emisiones, que existen y son muchos (sensores de chimenea, inventario­s de emisiones, análisis de fuentes…) queda de manifiesto cómo se ha reflejado el descenso continuado de las emisiones industrial­es a lo largo de los años con la mejora de la calidad del aire en Huelva.

Pionera, extensa y apoyada por una avanzada tecnología, la Red de Vigilancia afronta ahora el siguiente paso, el próximo reto: establecer los modelos que permitan que los ciudadanos sepan con antelación en qué condicione­s estará el aire que van a respirar. No es ciencia ficción: ya están en ello.

Toda Europa mide igual. Es lo que garantiza que no haya subjetivid­ades”

Ninguna población alcanzaría los valores guía de la OMS. Son una hipótesis”

Los olores no se correspond­en con episodios de contaminac­ión”

El ozono es especialme­nte complejo porque nadie lo emite”

Ha sido esencial el trabajo de la industria para reducir emisiones”

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JOSUÉ CORREA Una técnica de la Red de Vigilancia en la cabina de medición del Campus del Carmen de la UHU.
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REPORTAJE GRÁFICO: ALBERTO DOMÍNGUEZ Antonio Lozano García ofreció una charla coloquio en el marco del Foro Gerardo Rojas.
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El ponente, Antonio Lozano (en el centro) junto a Juan Antonio Romero, director en funciones de Huelva Informació­n (a la izquierda), y Carlos Ortiz, presidente de la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energética­s de Huelva.
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