Centenario de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret
Desde el 3 de mayo del año pasado hasta el 3 de mayo del presente se extendía, en principio, el Año Jubilar, proclamado con motivo del centenario de la fundación por san Manuel González de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret.
Hoy se completaría la apretada agenda de actos y celebraciones previstos, pero la situación provocada por el coronavirus ha impedido su realización.
Es por ello que la duración de este año jubilar se prorroga hasta el 3 de mayo de 2022, posibilitándose de esta manera la participación efectiva y presencial de los fieles en los actos programados, entre los que destaca la concesión de indulgencias para quienes visiten alguno de los cuatro templos jubilares, declarados por la Penitenciaria Apostólica de la Santa Sede: Parroquia de Palomares del Río (Sevilla), Parroquia de San Pedro (Huelva), Santuario de Santa María de la Victoria (Málaga) y Catedral de Palencia.
En efecto, ya por causa del estado de alarma, la celebración inaugural hubo que posponerla al 4 de julio, en Eucaristía que presidió, con cierto tono de despedida y como Administrador
Apostólico, nuestro querido obispo emérito don José Vilaplana Blasco. Unos días más tarde tomaba posesión como nuevo obispo de Huelva don Santiago Gómez Sierra.
Ampliada la duración de este Año de Gracia, todavía tenemos tiempo suficiente para celebrar en toda su extensión y solemnidad tan importante efemérides. Esperemos que la evolución de la pandemia así nos lo permita.
El entonces arcipreste de Huelva, acuñó la palabra eucaristizar que como palabra por él inventada, luego también quiso hacer su particular definición: “La acción de volver a un pueblo loco de amor por el Corazón Eucarístico de Jesús”. Así reza en su obra ‘Aunque todos… yo no’.
Pues, precisamente, ‘Nacidas para eucaristizar’ es el l ema que las Misioneras Eucarísticas de Nazaret han elegido para orientar el camino de este año jubilar.
Ellas anuncian con sus propias vidas la vida que brota de la Eucaristía y reparan el gran mal del abandono, orientando con este fin todas sus actividades y tareas cotidianas.
Como se ha indicado, la congregación la fundó el obispo de los Sagrarios Abandonados en Málaga, el 3 de mayo de 1921. Sin embargo, no llega a Huelva hasta la constitución de esta Diócesis en 1956, aunque ya aquí, unos años antes, había nacido la primera rama de la Familia Eucarística Reparadora, Las Marías de los Sagrarios.
Las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, las Nazarenas como todo el mundo las conoce, cuentan con 30 casas distribuidas en nueve países: Argentina, Cuba, Ecuador, España, Italia, México, Perú, Portugal y Venezuela.
En Huelva desarrollan diversas actividades encaminadas a dar a conocer la tarea que realizó su fundador en el ámbito de la enseñanza y entre los más necesitados y, conforme a su carisma, llevan adelante la misión de anunciar el Evangelio de la Eucaristía.
Dice la Hermana Ana María: “Mi vida, mis actitudes, mi estilo tienen que ser ref lejo del estilo de vida de Jesús en la Eucaristía: sencillo, callado, amable, paciente, acogedor, prudente, disponible…”. A su vez, en diversas parroquias se dedican a la formación de grupos de formación, catequesis, pastoral de enfermos y otras muchas acciones de apostolado.
Como encargadas de la gestión de la Librería Welba, en la céntrica calle Concepción, las hermanas realizan una admirable labor catequética, no ya con la venta de los artículos propios de la librería sino, sobre todo, con el estilo y talante que las diferencia y que han hecho de esta pequeña tienda, me atrevo a decir, un privilegiado lugar de encuentro de la familia diocesana.
El año jubilar que ahora se cerraba quedará ampliado por la pandemia
Minera es la Diógenes Nº 184 de Minas de Riotinto en 1884; y la primera que lo hace en Nerva es la Copérnico Nº 210 en 1886. A esta última le seguirían la Triángulo Emancipación Nº 52 en 1897 y, sobre todo, por su importancia, la Fraternidad Nº 245 en 1899”, aclara Lozano.
Centrándose en la localidad minera, Lozano destaca la importancia que la Copérnico presentaba por su aspecto diferenciador con las demás logias que se constituyeron en la zona: “Mientras los miembros de las otras Asambleas Masónicas pertenecían a profesionales de sectores primarios (maquinistas, mecánicos, ajustadores), la que nos ocupa estaba conformada por la elite del pueblo, entre ellos, industriales, propietarios, médicos, farmacéuticos, el secretario del Consistorio, Miguel Domínguez, y el teniente de alcalde, Andrés Domínguez de León, posteriormente alcalde por dos mandatos, el primero de ellos sustituyendo a Domingo Gil Vélez.
Ambos serían comitentes de algunas de las principales obras civiles de nuestro pueblo, dejando multitud de símbolos masónicos en algunas de ellas, como en la fuente de La Reú (en forma de Templo Griego, al igual que el resto de las fuentes de la localidad, pues simbolizaban el avance que conllevaba traer el agua a Nerva) o en el conjunto formado en el centro de la población por el Ayuntamiento, la Torre (con su esfera azul en homenaje a Copérnico), el Triángulo (que ingiere al punto de encuentro en el que han de encontrarse las tres cualidades del ser humano: moral, física e intelectual, los tres estados: nacimiento, vida y muerte y las tres legítimas aspiraciones: equilibrio, perfección y rectitud) o el ya desaparecido Paseo de las Acacias (árbol masón por excelencia, arrancadas tras la entrada de las tropas golpistas, pues sabían su significado, siendo sustituidas por los actuales naranjos)”.
Para el investigador local, “sin duda alguna, los componentes de esta logia, jugaron un papel fundamental en la Nerva que afronta la independencia municipal y en la que aborda todos los cambios que este proceso origina y aunque es muy difícil concretar cuantos concejales del primer Ayuntamiento nervense eran masones, existen multitud de indicios que pueden aseverar que esta condición era un rasgo de la elite que concretó la identidad municipal nervense”.
Se trata de la representación de ‘La escuadra y el compás’ y ‘El ojo que todo lo ve’
Lozano tiene fundadas sospechas de la existencia de la masonería en Nerva antes de lograr su emancipación de Zalamea la Real en 1885, cuando se produce el proceso constituyente conocido como Villa de La Libertad, nombre muy ligado a los principales ideales francmasónicos de libertad, igualdad y fraternidad, impulsado por los masones que inspiraron la Revolución Francesa. “Por otra parte, se sabe que la consecución de la emancipación fue mérito de un grupo de hombres muy cercanos en ideales y planteamientos a aquellos que promulgaron el intento fallido de la Villa de la Libertad. Es, por tanto, muy probable que el proceso liberador de nuestro pueblo no dependiese de actuaciones particulares sino de una elite que compartía planteamientos y filiación en la Logia Copérnico”, aclara el autor de la investigación.