Mi saluda a José María Segovia

El hojear mañanero a nuestro Huelva Información me ha dado la oportunidad de leer un artículo del anteriormente mencionado sobre nuestro Recre, símbolo nacional del fútbol. Quiero dar las gracias a una pluma legendaria de aquel viejo Odiel, al que me ligaron lazos familiares a través de mi hermano Bartolomé Romero Márquez, que trabajó en él desde niño hasta el cierre de este periódico. José Mª fue uno de sus baluartes; él me sirvió de inspiración en mis inicios, en mi pasión por escribir. Pero hoy quiero centrarme en su faceta recreativista; su artículo refleja lo mal que se siente la familia del abuelo por no haber sabido pelear y exigir que el club Recreativo merecía otro trato; su escudo no es cualquiera, es la razón para que se entregue lo mejor cuando se valora y el fracaso cuando se arrastra su nombre. No puedo dejar de aprovechar el momento y agradecer a este gran onubense, desde esta página de opinión, el precioso himno a Huelva que compuso y que tantos coros han interpretado, entre ellos el Orfeón-Escolanía. Y, finalmente, le tengo mucho cariño al libro de J. Mª. sobre La Vega Larga, que demuestra lo fácil que resulta escribir cuando se conoce tan al dedillo su recorrido desde la calle San José hasta el Viejo Mercado, hoy cerrado. Conforme avanza su relato se ve que no se escapa nada a su vista; hasta que llega a una calle, antiguamente la Callejilla del Molino, hoy Ruiz de Alda, y hace un paréntesis para recordar a los últimos moradores de una casa, de un patio lleno de flores, donde sonaba una guitarra, la de Lorenzo Romero Márquez, mi hermano y padre del guitarrista Juan Carlos Romero, por donde pasaron José Salazar, Rofa padre, Perlita de Huelva… y tantos otros que hacían de ese patio un lugar con arte. Gracias, D. José M.ª, por tu homenaje al Recre, por traer a mi memoria tantos recuerdos y tu dedicatoria a aquellos últimos moradores de aquella casa, la familia Romero Márquez y la de Gregorio Arroyo. Juan Romero Márquez