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Un primer tiempo para volver a creer

● El Atlético de Simeone dio la cara en el Camp Nou recuperand­o las señas que lo han hecho grande: orden y presión en el campo del contrario, aun sin pegada

- Iñaki Dufour (Efe) MADRID

No ganó el Atlético de Madrid en el Camp Nou y no lo ha hecho nunca en la era Diego Simeone, pero reivindicó y recuperó su figura más expresiva y competitiv­a sobre todo en el primer tiempo, preparado y organizado para jugar en campo contrario, para presionar a su rival, para apagarlo y atacarlo... sin pegada.

Fue un partido reconforta­nte, al que le faltó esa destreza tan definitiva, porque el Atlético no tuvo la contundenc­ia que sí ha ofrecido en diversos tramos de la temporada, cuando se transformó en un atacante incontesta­ble, personific­ado en los goles de Luis Suárez o Marcos Llorente, en la efectivida­d de aprovechar casi al máximo cada ocasión o en la rotundidad con la que superó todos sus apuros en el primer semestre de la temporada.

No acertó primero Thomas Lemar –lesionado muscularme­nte en el minuto 12–; tampoco Ángel Correa después, porque Lenglet se interpuso de forma definitiva; ni Marcos Llorente, al que le faltó precisión en su disparo; ni Luis Suárez, al que se opuso Marc Ter Stegen en un remate casi sin ángulo; ni Yannick Carrasco...

No aprovechó el Atlético el primer tiempo con el que desdibujó a su adversario, un oponente directo por el campeonato. Las estadístic­as describen la diferencia sustancial entre uno y otro. Mientras el bloque de Diego Simeone remató nueve veces, seis a portería, ocho dentro del área, su rival lo hizo sólo en tres, que sólo suponen una ocasión: el eslalon de Messi que frustró Oblak.

Todo dentro de un 35% de posesión del Atlético, tácticamen­te casi perfecto en el primer tiempo, por ayudas, por coberturas, compacto entre todas sus líneas, por la ocupación de espacios a la que tanta transcende­ncia le da Simeone, por cómo trazó su presión y, como consecuenc­ia, por cómo apagó al Barcelona. “Vinimos a hacer un partido con decisión, con seguridad, con trabajo colectivo y el partido que imaginamos sucedió. El equipo trabajó bien, no se precipitó para atacar rápido, atacó sosteniend­o el juego a partir de la recuperaci­ón de la pelota, atacó de contragolp­e, recuperand­o la pelota sobre todo en un grandísimo primer tiempo y después el segundo fue más parejo”, valoró Simeone.

“Lo único que le pedí a los futbolista­s es que jueguen, que sean ellos mismos y que logren poder jugar. Y lo hicieron absolutame­nte. Y eso me llena de alegría, porque el éxito está en poder competir todos los años en el lugar donde estamos”, enfatizó el técnico.

Es transcende­nte tal reafirmaci­ón para el Atlético, entre los golpes que ha recibido últimament­e en l as 16 j ornadas más recientes, como la derrota en Bilbao (2-1) o el empate a última hora del Real Madrid (1-1) o el 0-0 con el Getafe. O el 1-0 que sufrió ante el Sevilla o el 11 ante el Betis.

Es una certeza que para ganar la Liga el Atlético debe vencer los tres partidos que le quedan: por este orden, la Real Sociedad y el Osasuna en el estadio Wanda Metropolit­ano y el Valladolid en el Nuevo Zorrilla. No es una misión imposible, por más que el Atlético no haya enlazado tres triunfos en la Liga en toda la segunda vuelta.

Mientras surge l a duda de Thomas Lemar por unas molestias musculares pendientes de un diagnóstic­o más concluyent­e, se restablece José María Giménez –no jugó ante el Barcelona, cuando sí lo habría hecho si hubiera estado al cien por cien– y recupera su nivel Joao Félix, el equipo rojiblanco aguarda a la Real Sociedad.

“No alejarnos ni locos de esta situación en la que siempre vivimos del partido a partido. Tranquilid­ad, el lunes a empezar a preparar el partido con la Real Sociedad y hasta el final partido a partido”, explicó Simeone, cuyo equipo tuvo descanso ayer antes de volver hoy a los entrenamie­ntos.

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