HUELVA SUENA EN EUROPA
HUELVA suena fuerte. Cada vez más. Y eso me gusta. La imagen peyorativa de las fábricas bordeando la ría de la ciudad en los últimos tiempos comienza a dar paso a una nueva forma de ver y entender el modelo industrial que, desde nuestra tierra, se está fomentando de manera pionero en el mundo. “La transición energética como vía para la competitividad de la industria”, titulaba mi compañero Antonio Carrasco en las páginas de este periódico, como conclusión al último Foro organizado por el Grupo Joly hace tan solo unos días.
“Sostenibilidad, independencia y descarbonización son los grandes retos a los que se enfrenta Europa” y Andalucía, en concreto Huelva, ocupa una posición clave en este nuevo mapa industrial. “La evolución verde supone acceder al autoconsumo, ganar en soberanía y cerrar acuerdos a largo plazo que permitan a las empresas ajustar costes”. A este respecto, nos estamos convirtiendo, desde este rinconcito de España, al sur del sur, en referencia europea en hidrógeno verde.Tenemosalosmejores.Alosquepueden hacerlo. Es el caso de Fertiberia. “Todos quieren hacer hidrógeno verde pero muy pocos saben qué hacer con él. Fertiberia es referenteenlafabricaciónyusoenEspaña”, como destacó su presidente, Javier Goñi. Y no es un decir. Tampoco publicidad. La compañía es responsable del consumo de un tercio de todo el H2 español y tiene en su centro de producción en Palos de la Frontera su “punta de lanza” para la estrategia de desarrollo de hidrógeno verde”. El objetivo, al menos, lo tienen claro: “alcanzar emisiones 0 en 2035” ¿Una apuesta presuntuosa?
Son muchos los escépticos a que la industria de Huelva se vuelva verde. Está claro que todo tiene su proceso y que las cosas no van a cambiar en dos días. Que la contaminación en las fábricas no se va a borrar de un plumazo y que, todavía, queda mucho trabajo por hacer. “Yo no me lo creo hasta que no lo vea”, me decía una compañera, asegurándome que ella “no es dada a especulaciones. Que prefiere verlo antes de hablar”. Y yo estoy de acuerdo. Pero este artículo no va de especular. Va dedicado a la iniciativa, a las ganas de cambio, a ese talento y a ese potencial que tienen los onubenses. A aquellos que trabajan por liderar la transformación, en este caso, luchando por implementar nuevos modelos capaces de hacer del mundo un lugar mejor y más sostenible. Sin iniciativa no hay cambio. Ya está bien de tirarnos piedras sobre nuestro propio tejado. Ya está bien de autosabotearnos y echar por tierra la gran preparación que tienen los profesionales, jóvenes y no tan jóvenes de nuestra tierra. Aquellos que piden soluciones son los mismos que, muchas veces dilapidan cualquier atisbo de progreso. Por favor, abrámonos al futuro, tengamos esperanza y confiemos en que todo es posible si existe voluntadpara intentarlo. Solo así el nombre de Huelva conseguirá algún día sonar sin complejos de una vez por todas.