CON ALÁ NO SE ATREVEN
ALÁ debe estar perplejo mirando cómo en un conflicto por una parodia en una televisión autonómica lo meten a él por medio. No voy a entrar en el conflicto en cuestión, sobre el que, según creo, ya se ha hablado demasiado, voy a entrar en ese recurrente argumento contra la sátira religiosa que supone que los cómicos que la hacen “no se atreverían con Alá”. Obviando el hecho de que Alá es la palabra árabe usada por los que hablan ese idioma para referirse a Dios, ya sean musulmanes, cristianos o judíos. Obviando el hecho de que, en concreto, para los musulmanes Alá es Dios y que para ellos ese Dios es el mismo Dios de los cristianos o los judíos y que, por tanto, una “ofensa” a ese Dios es una “ofensa” a Alá. Obviando también la poca originalidad del argumento.
Centrémonos en dos cuestiones que para mi son bastante graves. Por un lado está el racismo. Sabemos de determinados ataques y amenazas de terroristas que justifican en “la guerra santa” o la “defensa del Islam”, conocemos incluso el caso de escritores perseguidos, asesinatos de profesores o el ataque a la revista Charlie Hebdo, que hacen pensar que una sátira en esa dirección puede acabar mal para el que la hace, pero se nos olvidan casos como el de Fernando Ruiz Vergara, que murió exiliado y en la miseria, ya en plena democracia, por atreverse a hacer un documental muy riguroso en el que se le sacaban los colores a la devoción a la Virgen del Rocío, se nos olvida el hecho de que los que esgrimen ese argumento están pidiendo, en el fondo, un Al-qaeda en cristiano y pasamos por alto el hecho de que los artífices de las sátiras contra imágenes cristianas correrían peligro en determinados contextos y que, de hecho, sin esa intensidad, ya son objetos de ataques y linchamientos muy peligrosos. Sin embargo, con la frasecita, en el fondo, dicen que esos cómicos se libran de todas esas cosas porque “nosotros somos mejores que los musulmanes”.
Por otro lado está la violencia, esa añoranza de alguna organización talibán a la cristiana que “pusiera en su sitio a los blasfemos”, esa afirmación tras la denuncia que, en el fondo está proponiendo una solución violenta a lo que, para ellos, es un problema gravísimo. El Cristo y su Madre a quienes dicen defender nos hablan de acabar con la ley del Talión: el ojo por ojo, diente por diente. Ofenden más esas defensas furibundas, que las parodias, a Dios o a Alá, lo mismo da.
Entro en ese recurrente argumento contra la sátira religiosa en la que cómicos no se atreven con Alá