La Fundación Odón Betanzos revive después de casi 15 años
● Los nuevos patronos salvaguardan el legado del escritor de Rociana del Condado con la regularización jurídica de la entidad
Cual Ave Fénix, la Fundación Odón Betanzos Palacios resurge de sus cenizas tras el golpe sufrido tras el fallecimiento de su mecenas y su mujer, la neoyorquina Amalia Migues.
Casi tres lustros después, los nuevos patronos, con su presidente José Antonio Cabrera a la cabeza, han logrado salvaguardar el legado de la entidad con la regularización jurídica; a la par, vislumbra nuevos proyectos e iniciativas que garanticen la continuidad económica de la institución y los fines culturales y literarios que abanderó.
Odón siempre hizo suya la sentencia de que “la muerte está tan segura de su victoria que nos da
una vida de ventaja”. Esta filosofía de conocer lo efímera de la existencia le llevó a programar sus proyectos más allá de este mundo. No es por tanto de extrañar que confesara a sus allegados que uno de sus objetivos a largo plazo era garantizar la pervivencia económica de su Fundación durante los próximos dos siglos, a efectos de mantener su independencia e incorruptibilidad de la entidad frente a cualquier interés político o económico. Esa voluntad quedó en el aire y sujeta al testamento dejado por su mujer, que falleció el 31 de diciembre de 2011 en Mazagón.
El nuevo patronato está conformado por rocianeros con vinculación y dedicación al mundocultural, literario, académico, educativo y comunicativo: Carmen Palanco, Miguel Velasco,
Mª Luz Bort, Carlos López, Manolo Miguel, Juan De Dios Soriano y José Antonio Cabrera retoman el testigo de una entidad nacida en 1980. Esta fue faro cultural del Condado desde que en 1993 se inaugurara su sede situada en la Calle Las Huertas, templo literario en el que alberga la biblioteca personal de quien fuese académico y fundador de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. En total más de 5.000 títulos, algunos de ellos de autores iberoamericanos e inéditos en territorio patrio.
Desde entonces, Odón liberaba en favor de su Fundación los 3.000 euros del premio de poesía, un mecenazgo que permitía una enriquecedora programación cultural que ahora quiere volver a ser protagonista en la provincia de Huelva. En línea con ello, los nuevos patronos quieren ordenar los fondos literarios y documentales de poeta, así como acercar su obra artística a los centros educativos de la comarca.
El matrimonio sólo tuvo un único descendiente: Manuel, que falleció trágicamente tras caerse por una escalera en el propio hogar cuando cumplía 33 primaveras. Este varapalo hizo que Odón optase por dejar el legado económico y bibliográfico, atesorado durante toda una vida, a la Fundación que llevaría su nombre y la cual inmortalizarse su legado cultural. Por otra parte, en honor y la memoria de su hijo, se constituyó la Asociación Manuel Betanzos que presidía Amalia Migues. El escritor rocianero consideró a su Fundación como el retoño a quien legar todo su patrimonio.
La tragedia humana también llevó al escritor a convertir e inmortalizar su duelo en la obra “Sonetos de la Muerte”, una de sus creaciones más excelsas a pesar del luctuoso germen bajo el que nació.
La biblioteca iberoamericana es tan sólo el núcleo sobre el que se sustenta la Fundación. En este contexto la entidad desarrollaba una variada programación cultural siempre con la literatura como protagonista.
Certamen Internacional de Poesía Odón Betanzos. Este certamen anual tiene casi cuatro décadas de antigüedad y cuenta con un reconocido prestigio en todo el mundo. De hecho, cientos de obras que se presentaban anualmente a concurso constituyen una muestra palpable del enorme interés que despierta la iniciativa entre los poetas de habla hispana. El premio constaba de 3.000 euros además de la publicación de la obra.
Encuentro de Poetas y Escritores del Entorno de Doñana. En la iniciativa colaboraron los mejores poetas de la comarca con el amor por el medio ambiente como hilo conductor. Se realizaron hasta nueve ediciones.
Revista “La Palmera”. La Fundación apoyó a la formación literaria “Nueva Mirada”, una Asociación de carácter autónomo que aglutinó a un grupo de jóvenes con un latente sentido poético. Sus páginas fueron la mejor cantera para decenas de nuevos creadores.