LA EDUCACIÓN Y LA CULTURA
La madurez social solo se alcanza a través del saber
Publicamos hoy este artículo a propósito de la remodelación del Instituto Rábida, donde los alumnos ya disfrutan del resultado desde el inicio de este curso. Ha sido sometido a una impresionante reforma el edificio del arquitecto Pérez Carasa que alberga, desde su construcción en los primeros años de la década de 1930, el señero centro de enseñanza. Con motivo de la apertura del curso 1928-29, el recién nombrado redactor jefe del Diario de Huelva escribió este artículo para influir en el ánimo de los jóvenes estudiantes. BlanquiAzul hizo un elogio a la escuela, al saber, convencido como estaba de que con la cultura se alcanzaba (se alcanza) la madurez social. Lo importante para él no era ni la presencia de autoridades ni los discursos que pronunciaran, sino el hecho de que los chavales fueran a recibir nuevas enseñanzas. En sus archivos nos adentramos buscando el expediente de José Ponce cuando indagábamos en su vida para engranar los datos que nos pudieran llevar a escribir su biografía. No encontramos rastro de que cursara estudios superiores, por tanto, no lo podemos acreditar. Esta circunstancia, no obstante, tampoco determina que no llegase a cursar estas enseñanzas. De hecho, en el padrón de habitantes de 1913, cuando tenía 15 años, consta “Colegio” en la casilla correspondiente al apartado de oficio, profesión u ocupación. La composición de sus artículos periodísticos, su redacción y estilo nos hacen intuir una instrucción académica. Los testimonios familiares con que hemos contado han hablado de un espíritu autodidacta alimentado por una curiosidad insaciable; y un afán personal y obsesivo por la lectura, por aprender. Todos estos aspectos contribuyeron a un bagaje intelectual substancial de nuestro biografiado. Los lectores actuales comprobarán que era una persona culta, instruida, con amplios conocimientos. Vivió en un entorno rodeado de personas que desarrollaban en Huelva su actividad pedagógica y docente, vidas ilustradas, profesionales de carreras diversas que animaron al futuro periodista a formar su intelecto. Estos profesores ayudaron al joven inquieto a seleccionar sus lecturas y a preparar su espíritu para una vida intelectual rica y agitada. Podemos citar a Ricardo Aldea, a Florentino Martínez Torner o a su gran amigo y padrino de su hija Felicidad, Amós Sabrás Gurrea, que fue diputado socialista por Huelva y el primer alcalde de la capital en la II República. Comprometidos todos políticamente en formaciones de izquierdas, ejercieron influencia en su pensamiento, contribuyeron a la fijación de su posición política y a la evolución ideológica que sufriría con el pasar de los años.