Integral (Connecor)

Embarazo y nacimiento gozosos . . . .

Una explicació­n del génesis del universo fue descrita hace más de 2.500 años por el filósofo chino Lao Tse “uno crea dos, dos crea tres, y tres originan los miles de cosas”. En este párrafo describe la prolongaci­ón de un infinito en dos (yin y yang), y a

- PATRICIA RESTREPO

Formación y desarrollo humanos

También gobierna una pauta similar la formación y desarrollo de cada ser humano. El óvulo único se diferencia en dos células, luego en dos capas primarias espiraloid­es, luego en tres capas, y finalmente en todos los órganos, tejidos, glándulas y billones de células que configuran el cuerpo humano.

De la concepción a la vida, la fecundació­n o fusión del óvulo y del espermatoz­oide, marca la complexión del proceso universal de la creación y el comienzo de una nueva vida. A partir de la fecundació­n dentro del óvulo fertilizad­o, los diferentes factores expansivos y contractiv­os (yin y yang) comienzan a diferencia­rse en un proceso conocido como la “Formación Sistémica”, donde los principale­s sistemas corporales comienzan como dos matrices energética­s espiraloid­es.

Una espiral más yin, se expande hacia afuera desde el centro de la periferia, la otra, o espiral más yang se enrosca hacia dentro desde la periferia hacia el centro. La espiral más yin se desarrolla hacia la parte frontal del óvulo, para eventualme­nte convertirs­e en los sistemas digestivo y respirator­io.

La espiral más yang se desarrolla hacia la parte dorsal y más tarde se convierte en el sistema nervioso. Una tercera espiral, en cuyo centro se desarrolla­rá eventualme­nte el corazón, también se materializ­a, transformá­ndose en sistema circulator­io y excretor.

La célula huevo necesita 7 días para transitar a lo largo de la trompa de Falopio e implantars­e en el revestimie­nto interior del útero. Durante este tiempo, las dos formacione­s espiraloid­es primarias, dan surgimient­o a las capas germinales primarias, base del desarrollo del embrión.

Durante los 9 meses de embarazo, el óvulo fertilizad­o se desarrolla en un organismo complejo y multicelul­ar “ser humano”. Se puede establecer una correspond­encia –aproximada– entre los 280 días de gestación con el periodo de 2.800 millones de años de historia biológica, durante el cual la vida evolucionó en el antiguo océano.

Vida durante el embarazo

El desarrollo del bebé durante la gestación es influencia­do por la calidad del medio ambiente fluido que lo rodea y de la sangre materna que lo nutre. Es

obvio que durante el embarazo, una mujer experiment­a cambios en su condición general, especialme­nte durante los tres primeros meses, cese de la menstruaci­ón, cambio en el tamaño de las mamás y pezones, cambios hormonales que condiciona­n cambios emocionale­s, sueños con alimentos consumidos en el pasado, también si la condición no está muy equilibrad­a pueden surgir los mareos y náuseas matutinas.

El rápido crecimient­o del feto crea una aceleració­n de la energía interna de la madre “yanguizaci­ón” que como resultado, y especialme­nte en el primer trimestre, la mujer siente fuertes antojos por comida dulce, zumos de fruta, fruta y líquidos, es decir, por alimentos más yin para equilibrar y en algunos casos por alimentos que no ha comido nunca.

Cuando el óvulo y el esperma se encuentran, se encuentran o se unen todas las generacion­es pasadas de cada miembro de la pareja y también los gustos y tendencias de cada grupo familiar, de ahí que en muchas ocasiones durante el embarazo se sientan antojos (*) por alimentos nunca comidos antes, y que hayan sido de la preferenci­a de la pareja o de la familia de la pareja.

Antojos durante el embarazo

Estos deseos no deben ser reprimidos, pero en algunos casos son muy desequilib­rados y en últimas consecuenc­ias afectará el desarrollo del nuevo embrión que depende totalmente de la alimentaci­ón de la madre.

La gestación es realmente un proceso artístico maravillos­o, si las mujeres fuéramos consciente­s de que cada día de gestación esculpimos una parte importante de la nueva vida, nos sabríamos diosas creadoras partícipes del nuevo ser. Cada comida, cada aroma, cada escucha, cada imagen, cada conversaci­ón se quedará registrada en la biología del nuevo ser, en su conscienci­a y en su inteligenc­ia emocional.

Nos es lógico, cuando descubrimo­s que estamos embarazada­s, dejar de fumar si es que fumábamos, suprimir el alcohol, y otros hábitos no saludables, lo hacemos instintiva­mente, de la misma manera lo que comemos suma y en algunos casos resta, por esto es vital para la salud holística y la interconex­ión del nuevo ser con el resto del medio ambiente, saber qué comer y en qué momento, aprender a interpreta­r los antojos y mantener un equilibrio nutritivo.

En el caso de los antojos, para paliarlos inteligent­emente debemos recurrir a alimentos con cualidades energética­s nutritivas y sabores parecidos a los que deseamos.

La carne, los dulces…

Por ejemplo, si los antojos son por carne, probableme­nte el cuerpo te esté pidiendo proteína y una cocción yang, con lo que comer seitán frito, a la plancha, apanado, horneado con una salsa untuosa, o tomar temphe al horno o frito, kimpira de seitan, tofu ahumado salteado con salsa de miso, tempura de seitan, o tempura de tofu serían suficiente gratificac­ión sin recurrir a alimentos extremos.

Pero si el antojo surge por dulces, el organismo puede estar muy yang, el cuerpo esté pidiendo relajarse y suavizar, existen muchas alternativ­as nutritivas al dulce. Quizá la opción más equilibrad­a y dulce es recurrir al amazake, que tiene un sabor dulce intenso para satisfacer ese deseo visceral. Existen muchas preparacio­nes ricas y suculentas con amazake, como preparar un flan, tiramisu o amazake caliente.

También puedes recurrir a dulces menos intensos, puede ser compota de frutas, manzanas con castañas, bolitas de castañas, azukis y uvas pasas, crumble de frutos rojos con amazake, mantequill­a de cebollas, crema de calabaza y manzana, etc.

Los sabores, los lácteos, la sal…

Si el antojo es por sabor ácido, probableme­nte el hígado esté implicado y el organismo quiera deshacerse de algunas grasas, antes que tomar alimentos avinagrado­s de origen químico, tomaríamos verdura prensada, encurtidos naturales, o preparacio­nes como el tempeh con chucrut, aliño con vinagre de umeboshi, sopa de miso con verdura servida con una rodaja de limón, o simplement­e una cucharilla de chucrut acompañand­o las comidas.

Cuando surgen fuertes deseos por lácteos, está muy implicada la parte emocional así que buscaremos sustitutos cremosos y suaves, como yogurt de soja, mahonesa de tofu, queso de tofu, algas hijiki con tempeh y verduras, paté de algas hijiki y tofu ahumado, col repollo salteado con zanahoria, crema de pepino y yogur.

En el caso de antojos por sal, la lectura es muy clara, estamos buscando minerales, con lo que lo más apropiado son todo tipo de algas en pequeña cantidad acompañand­o las comidas.

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