Calorías
Según investigadores de la Universidad de Leicester, la restricción calórica en humanos tiene efectos positivos. Comer menos podría ayudar a prolongar la vida. El envejecimiento se ha considerado una consecuencia directa de estar vivos, pero hoy se sabe que es una serie de procesos biológicos, con los que podemos actuar. Hay una serie de pruebas que demuestran que el envejecimiento se puede evitar, entre ellas la de la «restricción calórica».
Existen varias teorías para explicar por qué los seres vivos envejecen. Una de las más aceptadas es la de la oxidación; necesitamos oxígeno para vivir, pero una vez procesado dentro de las células da lugar a productos secundarios nocivos que dañan los componentes celulares (los oxidan), sobre todo las proteínas y el ADN. Si este daño se acumula con el tiempo, la célula dejará de funcionar bien.
Se puede considerar que el envejecimiento es también un problema del metabolismo, porque los organismos que utilizan más energía también envejecen antes. Esto explicaría que las tortugas vivan siglos mientras que las musarañas no pasan de los dos años. Una manera de alargar la vida, pues, sería frenar el metabolismo y, así, la oxidación.
Hace un par de décadas se descubrió que esto era posible sometiendo intensivamente a un animal a dieta. Enseguida se vio que es un mecanismo presente en toda clase de organismos, desde la levadura hasta los gusanos y los mamíferos.
Como decimos, a este procedimiento que alarga la esperanza de vida lo llaman restricción calórica y puede tener otros efectos positivos en la salud, desde reducir la incidencia del cáncer hasta retrasar la evolución de enfermedades autoinmunes.
Somos animales que hemos perdido el instinto de ayunar como una higiénica práctica habitual. Y la desmesura vital ha propiciado toda clase de complicaciones y desmanes, como atestiguan los mares rebosantes de plástico.
Este mes retomamos el ejemplo de Simplicidad Voluntaria con el que abríamos el número 5 de la revista, hace casi cuarenta años. Un nuevo «minimalismo vital» nos invita de nuevo a elegir. La propia supervivencia, y la de todos, depende de ello.
La bolsa o la vida.
Esperamos que el resto de propuestas de la revista os sean útiles. ¡Salud!