Cine ................
José Díaz encontró en el Parque de Redes (Asturias) las puertas de un paraíso íntimo. Hace diez años había localizado una cabaña que le abrió las veredas de uno de los parajes donde seres humanos, fauna y vegetación mantienen suscrita una vieja alianza de equilibrio y respeto, un misterio que lo atrapó.
Jornadas de caminata, silencio y espera, entre la nieve, la umbría de los bosques o las praderas de pastos permitieron a este fotógrafo y naturalista explicarnos los secretos de la armonía de un territorio próximo al cielo. Lo que Díaz encontró en aquellas mon- tañas asturianas ha quedado materializado en esta película, en las que todas las imágenes han sido rodadas por él mismo durante los «100 Días de Soledad». Una película existencial, de belleza natural, que invita a la meditación, a tomar conciencia de la realidad, a reflexionar sobre quiénes somos y cómo nos relacionamos con nuestro entorno. La soledad y la naturaleza son dos vínculos fundamentales para encontrar la esencia de uno mismo.
Esta es la primera experiencia como director de José Díaz, con la colaboración de Gerardo Olivares, pionero en la introducción de rodajes de naturaleza en el cine de ficción, y de José María Morales, principal productor y distribuidor español de películas de naturaleza (Cantábrico, Guadalquivir, Planeta Tierra, Nómadas del Viento).
Filmada entre el 12 de septiembre y el 19 de diciembre de 2015, resultó ser una gran experiencia: «Fui feliz, muy feliz, y además lo supe. Subsistí a base de austeridad y todavía me sobraron muchas cosas. Repuse litros y litros de sudor hidratándome con agua pura, preciado tesoro hoy en día. Y comprobé cómo mi sombra iba alargándose día tras día, hasta casi escaparse de mí.»
Una aventura, vuelta a los orígenes, el movimiento slow, la fuerza mental y psicológica...